Es fácil sentir que la pandemia del coronavirus se está saliendo de control de nuevo. La tasa de casos nuevos alcanzó un récord la semana pasada, con 5,2 millones de personas en todo el mundo infectadas, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
Hace tres meses, muchos en la India estaban celebrando la expectativa de que el país se acercaba a la inmunidad colectiva; ahora el número de nuevos casos está creciendo a un ritmo alarmante.
En Europa, los reguladores y los políticos todavía están tratando de manejar las preocupaciones de seguridad que se han planteado sobre la vacuna AstraZeneca: en EEUU, las agencias de salud han suspendido el uso del jab de Johnson & Johnson (J&J).
Pero la avalancha de titulares deprimentes no puede disfrazar una cosa: ahora está claro que las vacunas están funcionando. En los países donde los casos han ido disminuyendo en los últimos meses, las vacunas han salvado vidas. Y en países que todavía están luchando por reprimir una tercera o cuarta ola, las vacunas también han salvado vidas.
Un análisis de FT de datos de cinco países -cada uno enfrentando escenarios muy diferentes- encuentra que las tasas de infecciones, hospitalización y muerte han seguido una trayectoria más baja entre los grupos de mayor edad y más vacunados que entre las cohortes más jóvenes, que tienen menos probabilidades de haber recibido la vacuna.
Esto es independientemente de la cantidad de casos virales, si las infecciones están aumentando o disminuyendo, o si un país está lidiando con una de las nuevas variantes.
Los resultados contrastan radicalmente con los patrones observados durante las olas virales anteriores, antes de que se introdujeran las vacunas, cuando los grupos de mayor edad veían constantemente disminuir las tasas de enfermedad más lentamente que los jóvenes.
Nada de esto es para disminuir los desafíos que tenemos por delante. Los datos también muestran que en gran parte del mundo en desarrollo donde las vacunas son más escasas, muchos millones seguirán en riesgo durante los próximos meses.
Pero en los países que han vacunado a la mayor parte de su población, hay señales tentativas, como se muestra en análisis a continuación, de que el desenlace del Covid puede estar a la vista.
1. El efecto de la vacuna en Reino Unido
En Reino Unido, las tasas de casos, admisiones hospitalarias y muertes han caído de manera constante desde enero entre todos los grupos de edad, sugiriendo que las restricciones han ayudado a suprimir la elevada ola invernal de infecciones. Pero por debajo de la tendencia superficial, las tasas de las tres medidas han caído más y más rápido entre los grupos de adultos mayores más vacunados.
Prueba por edad
De hecho, el impacto de la estricta priorización del acceso a las vacunas en el Reino Unido según la edad se ve fácilmente en los datos sobre casos. A medida que cada grupo etario se volvió elegible para la vacunación, su proporción de todos los casos ha disminuido. La proporción de casos entre las personas mayores de 80 años se ha reducido en un 80% desde que comenzaron las vacunaciones.
2. El efecto de la vacuna en Francia
Al otro lado del Canal de la Mancha en Francia, una tercera ola del virus ha dificultado el progreso, pero los mismos signos reveladores son evidentes. Las tasas de casos y hospitalizaciones volvieron a subir en marzo, pero aumentaron mucho más lentamente entre los grupos de edad más vacunados que entre los menos. Las muertes continuaron cayendo entre los adultos mayores a pesar de un resurgimiento entre los jóvenes.
La amenaza de B.1.1.7
El resurgimiento de la pandemia en Francia -y muchas otras en las últimas semanas- fue impulsado por la llegada de la variante B.1.1.7 originada en Reino Unido en septiembre. Para marzo, se había convertido en la variante dominante en toda Europa y ahora se está extendiendo por América del Norte.
3. La experiencia de EEUU
La llegada de la "variante británica" a EEUU amenazó uno de los lanzamientos de vacunación más impresionantes del mundo, pero al igual que en Francia, los datos sugieren que las vacunas siguen funcionando exactamente como se esperaba. Si bien la variante ha hecho que aumenten las tasas de hospitalización, ese aumento ha sido impulsado por los jóvenes, mientras que las tasas de ingreso entre los adultos mayores han seguido disminuyendo.
4. Chile enfrenta una tercera ola
La prueba más severa para las vacunas se produjo en Chile, donde un rápido lanzamiento de la china Sinovac coincidió con una sustancial tercera ola del virus. Pero, una vez más, los desgloses por edad cuentan una historia esperanzadora sobre las vacunas. La ocupación de unidades de cuidados intensivos se ha más que duplicado entre los adultos más jóvenes, mientras que va a la baja entre los grupos de edad priorizados para la vacunación.
5. La batalla global continúa
Muchos países todavía luchan contra brotes graves. El principal de ellos es la India, que actualmente informa más de 200.000 casos nuevos al día. La proporción de sus pruebas que dan positivo está aumentando más rápido que en cualquier otro país, lo que sugiere que se están pasando por alto muchos casos, y en las partes más afectadas del país, las UCI están llenas a rebosar. Solo el 8% de la población ha recibido al menos una dosis de vacuna hasta la fecha.
La lucha de América Latina
Al igual que la India, la mayoría de los países que aún luchan contra brotes brutales se encuentran en el mundo en desarrollo. Pero en América Latina, Uruguay ha informado de un aumento en su número diario de muertes por Covid-19 de 1,15 por millón el 1 de marzo a 18,55 el 15 de abril, situándolo en el tercer lugar más alto del mundo. Sus vecinos Argentina y Brasil también están sufriendo un aumento en el número de decesos por el virus. Este último ha agregado 123.000 muertes en los últimos dos meses, llevando el total a casi 375.000.
Datos clave encontrados en exceso de muertes
La mayor disponibilidad de datos del Covid-19 en el mundo occidental a veces ha dado la impresión de que EEUU, Reino Unido y zonas de Europa han sido los más afectados por la pandemia, pero un análisis más completo muestra que América Latina, sin duda, ha sufrido más. Utilizando el concepto de exceso de muertes -el número de personas que mueren por todas las causas por sobre la norma estacional-, los países de América Latina tienen cuatro de las cinco tasas de mortalidad más altas del mundo.
¿El final de Covid?
La clave para sacar a la India y América Latina de la pandemia es la misma que en todas partes: vacunas. Después de un año en el que cientos de millones han vivido bajo restricciones para salvar vidas, el objetivo es llegar al punto en que las personas puedan pasar más tiempo socializando con pocas restricciones mientras los casos continúan cayendo. Israel parece haber llegado al final de Covid, y Reino Unido está pisándole los talones. A medida que los países continúen con sus programas de vacunación, más se unirán a ellos.
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