La viabilidad económica de
Latinoamérica depende del acceso al crédito por parte de la
población más pobre de la región, según un estudio de la Universidad
de Loughborough (Reino Unido) presentado hoy en Río de Janeiro.
El estudio, encomendado y presentado por MasterCard, destacó la
importancia que tendrá el crédito a los pobres en el crecimiento de
Latinoamérica.
La investigación analizó el actual acceso a financiación y los
hábitos de consumo de la población de menor renta en las siete
mayores ciudades de la región (Bogotá, Buenos Aires, Caracas, Ciudad
de México, Sao Paulo, Río de Janeiro y Santiago).
"El acceso del segmento de baja renta al crédito y a otros tipos
de servicios financieros es vital no apenas para facilitar la compra
de bienes de consumo, sino también la viabilidad económica de la
región", dijo a EFE el especialista en microcrédito Jon Cloke, uno
de los autores del estudio.
"Vivimos en un momento histórico interesante en Latinoamérica. La
mayor estabilidad económica y política que la región viene
experimentando aumentó el poder de compra de las clases D y E (las
de menor renta), que pasaron a tener una posición de destaque en la
economía de estos países", agregó.
Según Cloke, la disminución del desempleo y el aumento de la
renta permitió a la población más pobre de Latinoamérica acceder a
un consumo del que antes estaba marginada.
El aumento del consumo de las familias a tasas superiores al 5% anual es el que viene impulsando el crecimiento de
economías como la de Brasil en los últimos años.
Pero el alza de ese consumo depende ahora de ampliar el crédito a
las clases menos favorecidas, actualmente marginadas de los sistemas
financieros.
Datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en 2006
citados en el informe indican que apenas el 14,5% de los
jefes de familia pobres tiene cuenta bancaria y únicamente el 3,3% acceso a crédito.
El estudio constató grandes diferencias en las ciudades
analizadas. Mientras que apenas el 50% de la población de
Ciudad de México tiene acceso a servicios bancarios, en Santiago de
Chile el nivel es comparable al de ciudades europeas.
Gracias a la estabilidad económica y al aumento de la renta, el
número de tarjetas de crédito en manos de los brasileños saltó de 35
millones en 2001 a 93 millones en 2007, un aumento del 165%.
Pero más que del crédito personal, la viabilidad de la economía
latinoamericana depende del crédito a las micro y pequeñas empresas,
varias de las cuales se encuentran en la informalidad y son
responsables de cerca del 40% de los empleos en la región.
El estudio indicó que el 92% de estas empresas enfrenta
barreras para acceder al crédito sea por su situación irregular o
por las exigencias del sistema bancario.
También cita diferentes estudios según los cuales el riesgo de
crédito a los más pobres en todo el mundo es similar al de cualquier
otro segmento.
"La tasa de pago de los créditos para pobres en Latinoamérica
supera el 90%", señaló Cloke.
Aseguró que una de las principales barreras al crédito son las
elevadas tasas de intereses, aunque estimó que los tipos tenderán a
caer en la medida en que aumenten las operaciones y se formalice el
mercado de créditos.
Alertó que los intereses cobrados por prestamistas informales
llegan al nivel de usura y que los supermercados y grandes empresas
comerciales, actualmente principales responsables por el crédito a
los pobres en Latinoamérica, han reducido sus tasas gradualmente.
"El estudio nos permite tener una visión más clara de cómo el
acceso al crédito en el segmento de baja renta es fundamental para
incentivar el crecimiento de la economía en los países en
desarrollo, sea por el crédito personal o a las microempresas",
concluyó el vicepresidente de productos de MasterCard para
Latinoamérica, Max Chion.