El IPC de China aumentó un 1,8 % en diciembre y un 2 % en el global de 2022

El índice de precios al consumidor (IPC), principal indicador de la inflación en China, aumentó un 1,8 % interanual en diciembre, lo que supone que en el global de 2022 creció un 2 % en comparación con el año anterior.

Este dato confirma que los precios al consumidor se mantuvieron por debajo del techo del 3 % que Beijing se había marcado como objetivo oficial para el recién terminado año.

Zichun Huang, analista de la consultora Capital Economics, apuntó hoy que los precios al consumidor están empezando a experimentar una "presión alcista" ante la reapertura del país y la reactivación económica tras el desmantelamiento del Covid Cero, pero descartó que el repunte sea tan notable como el vivido en otras grandes economías.

Las razones por las que la experta no espera que el IPC chino se desboque pasan por la propia composición del indicador en el país u otros factores como "un exceso de ahorros más modesto, el amplio suministro de bienes nacionales, la flexibilidad de la mano de obra migrante y las fechas de la reapertura".

Por su parte, el índice de precios a la producción (IPP), que mide los precios industriales, cayó un 0,7 % interanual en el último mes del año, moderando así su avance a lo largo del ejercicio a un 4,1 %, según los datos oficiales publicados hoy por la Oficina Nacional de Estadística (ONE).

El IPC había aumentado un 1,6 % en noviembre, mes en el que el IPP descendió un 1,3 %.

La evolución de los precios al consumidor en el último mes de 2022 coincidió exactamente con los pronósticos más extendidos entre los analistas, mientras que la de los precios industriales se situó por debajo, ya que los expertos esperaban una contracción de en torno a un 0,1 %.

En la comparación intermensual, el IPC no registró variación alguna frente a noviembre y el IPP descendió un 0,5 %

La inflación subyacente -medidor que elimina productos de precios más volátiles como alimentos o energía- se movió durante todo el año en niveles bajos, llegando a marcar tras el verano sus cotas más bajas en 18 meses debido al impacto sobre la demanda nacional y el mercado laboral del Covid Cero, que también se sintió con fuerza en otros indicadores oficiales como las ventas minoristas.