Desde principios de año, las empresas europeas han estado preocupadas por las tensiones en Ucrania, pues temen que sanciones más duras sobre Rusia puedan perjudicar su negocio. La semana pasada, la canciller alemana, Angela Merkel, afirmó que consideraría nuevas sanciones contra Moscú si no se aceleran los avances para estabilizar la situación en Ucrania. En tanto, el gobierno de EEUU estaría preparando sanciones contra áreas específicas de la economía rusa, tales como la energía y la tecnología.
El incremento del precio del gas natural que pagan los países europeos afectaría no sólo a los hogares, sino también a la producción industrial de la que dependen millones de puestos de trabajo. Mientras, la incertidumbre política y las graves dudas ya han empezado a inundar los mercados.
El viernes, la Unión Europea y Ucrania firmaron un acuerdo de asociación, en el marco de la cumbre europea. El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, rubricó un documento que incluye normas para todo tipo de intercambios comerciales, y que había quedado sin firmar en noviembre de 2013 cuando el entonces presidente Viktor Yanukovich renunció adherirse a él motivado por las presiones de Rusia.