Sin saberlo, Martin Wolf, el principal comentarista económico de Financial Times, y uno de los más influyentes del mundo, quedó en el centro del debate por la reforma tributaria en Chile. ¿La razón? Su columna del 23 de abril, que tituló “Una sociedad más igualitaria no obstaculizará el crecimiento” fue retwitteada por el subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, en medio de las discusiones por el proyecto del gobierno de elevar los impuestos de las empresas para financiar la propuesta de educación gratuita, lo que ha generado críticas de la oposición y del empresariado.
En el texto, el columnista británico revisa el libro bestseller del momento, Capital en el siglo XXI, del economista francés Thomas Piketty, pero principalmente se enfoca en un informe del Fondo Monetario Internacional que trata sobre la desigualdad, concluyendo que “la desigualdad daña el crecimiento, pero los esfuerzos por poner remedio a la misma no son, en general, dañinos”.
En conversación con Diario Financiero, Wolf se mostró sorprendido por haber sido citado por las autoridades chilenas.
- El gobierno chileno implementará una reforma tributaria para aumentar la recaudación, elevando los impuestos a las empresas. La mayor parte de estos ingresos adicionales se destinarán a la educación, especialmente a satisfacer la demanda ciudadana de una educación gratuita. Para apoyar sus argumentos, funcionarios del gobierno han hecho referencias a una columna que usted escribió sobre desigualdad ¿qué le parece?
- Eso es muy extraordinario. No estaba al tanto. Creo que la educación de la gente es un objetivo importante del gobierno. Especialmente importante a medida que un país se desarrolla y se hace más dependiente de la tecnología. Por lo tanto, la educación es vital para nuestro futuro, tanto en términos de una mayor igualdad como de crecimiento económico. Y es claramente una función pública fundamental. Es muy razonable gastar recursos en educación.
Lo segundo es que debe haber educación de alta calidad. No se trata sólo de gastar en educación, sino de obtener recursos de la educación. Y tercero, soy de la visión de que la educación sólo debe ser gratuita si es universal. Pero es más problemático argumentar que la educación universitaria debe ser gratuita, porque en todas las sociedades que conozco no es universal. Entonces, la parte más pobre de la población incluso en los países más desarrollados –la mitad de la población, generalmente- no se beneficia de la educación universitaria. Usar los dineros públicos para beneficiar a la futura elite, me parece desigualitario. Es por eso que en el Reino Unido favorecí el pago de aranceles para los estudiantes de pregrado.
- Para los que pueden pagar…
- Exactamente, lo que puede determinarse no sólo por los ingresos actuales, sino también por los ingresos futuros. Si alguien estudia en la universidad y después gana mucho dinero, es razonable y esperable que devuelva esos recursos. Así es que si el esquema específico que el gobierno chileno está proponiendo mejorará o empeorará la desigualdad depende de quién paga los impuestos y quién se beneficia de la educación subsidiada. Ya que no sé lo suficiente no puedo responder si yo lo aprobaría.
Para mí tiene más sentido invertir en la educación temprana, preescolar, especialmente para los niños más pobres, porque hay mucha evidencia de que los niños sufren enormes desventajas en los primeros seis años de vida si no se les entrega el ambiente adecuado. Si tuviera recursos limitados para la educación pública, los dirigiría hacia los primeros años de vida, en lugar de la universidad.
Reducción de la desigualdad
Durante el fin de semana, Financial Times publicó un estudio que reveló que Thomas Piketty incurrió en errores al analizar los datos de su libro Capital en el siglo XXI.
El economista francés escribió su libro luego de analizar los datos económicos de los últimos 200 años de Europa y EEUU y concluyó que la desigualdad estaba regresando a los niveles del siglo XIX. Es ese exhaustivo trabajo el que le ha valido el elogio de economistas y autoridades, que han sindicado la evidencia histórica aportada por Piketty como su mayor contribución al debate sobre la desigualdad.
Sin embargo, aseguró FT, en sus hojas de cálculo hay errores de transcripción de las fuentes originales y fórmulas incorrectas. También parece ser que algunos de los datos fueron manipulados o construidos sin la fuente original. Una vez que FT limpió y simplificó los datos, las cifras europeas no mostraban ninguna tendencia hacia el aumento de la desigualdad de la riqueza a partir de 1970.
Antes de que este estudio de FT fuera publicado, Wolf alabó el aporte de Piketty en términos estadísticos, pero aseguró que sus teorías y sus conclusiones eran discutibles y difíciles de aplicar.
- ¿Es la reducción de la desigualdad uno de los principales desafíos actuales?
- No. En primer lugar, hay que hablar de qué involucra la desigualdad y dónde. Piketty se refiere a la desigualdad en el mundo desarrollado. Los países desarrollados tienen un 15% de la población mundial. Así es que de lo que él habla es de los problemas de un número muy limitado de países que también son muy ricos, donde incluso los pobres son ricos. Está claro que este no es el problema más importante del mundo. En mi visión los temas más importantes del mundo siguen siendo el desarrollo y el aumento de los ingresos de los pobres, lo que tiende a reducir la desigualdad global. El segundo tema que considero realmente importante es manejar los bienes comunes globales, como el medio ambiente. Eso es mucho más importante que la desigualdad en el mundo rico.
Sin embargo, sí considero que en varios países desarrollados y en desarrollo el tema de una distribución justa de las ganancias del crecimiento es importante económica, social y políticamente. Es crucial recordar –y Piketty no menciona esto- que la desigualdad está volviendo a los niveles del siglo XIX en el mundo desarrollado, pero los ingresos per cápita en los países ricos son cinco veces más altos que entonces, la expectativa de vida ha subido dramáticamente, la salud ha aumentado su cobertura, así es que los estándares de vida de todos en el mundo desarrollado son mejores que antes. Por lo tanto, reducir la desigualdad es una preocupación perfectamente razonable, y lo sugerí en mi propia reseña del libro, pero ciertamente no creo que sea la mayor preocupación económica global.
Recuperación en Europa
Uno de los temas favoritos de Martin Wolf es la economía europea. En su última columna se dirigió directamente hacia el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, y le dijo que “era tiempo de abrir las compuertas” y lo criticó porque “aún no ha hecho lo suficiente”.
- Hemos visto varias señales positivas en la economía europea. ¿Está Europa finalmente en el punto de quiebre, en el camino hacia la recuperación?
- Está claro que Europa se está recuperando. La recuperación es muy débil hasta ahora y es probable que el desempleo se mantenga muy alto en muchos países por mucho tiempo. También creo que el manejo de la deuda -y el stock de deuda acumulado durante la crisis- será muy difícil y no puedo descartar, de ninguna forma, el regreso de una crisis financiera si el Producto Interno Bruto sigue creciendo muy lentamente, como es probable, y la inflación es muy baja; hay incluso temores de que la inflación se convierta en deflación.
Así es que diría que el panorama de Europa está mejorando, pero no estoy confiado, personalmente, en en que los riesgos de esta crisis hayan terminado, y de que haya perspectivas concretas de un crecimiento, bueno, constante y estable en todos los países. Estoy particularmente preocupado por algunos de los países en el sur de Europa, que tienen problemas distintos, pero muy sustanciales, como Italia.
- ¿Y qué pasa con la debilidad que ha exhibido Francia?
- Nunca he creído que Francia vaya a tener una crisis terrible. Creo que tiene problemas, por supuesto, pero al menos por el momento son contenibles.
- ¿Cuál cree que será la fórmula que usará el BCE para combatir la amenaza de deflación?
- Por el momento no creo que hagan mucho con la esperanza de que no sea un gran problema. Me imagino que escucharemos, pero esto es una suposición, el anuncio de una tasa de depósito negativa, en un cuarto de punto negativo, por parte del BCE la próxima vez que se reúnan (en junio). Pero no creo que eso sea muy efectivo. Lo que haría mayor diferencia es más señales de que están preocupados. Pero el gran problema es que no saben qué hacer, no saben qué funcionaría y, sobre todo, no pueden llegar a un consenso para decidir qué hacer. Por esta razón, lo más probable es que hagan lo mínimo. Quizás estoy siendo muy pesimista. Por el momento, pienso que harán poco.
- ¿Y qué es lo que cree usted que deberían hacer?
- Me parece claro que el BCE se demoró demasiado en hacer lo que hizo en el verano (boreal) de 2012 de ofrecerse a sí mismo como prestamista de último recurso, lo que hizo la crisis peor de lo que necesitaba ser, pero lo hicieron. Al final, removieron el riesgo de cola de la eurozona de forma extraordinariamente exitosa y ese es el gran logro de Mario Draghi. Una apuesta tremenda, colosal. Pero, pese a que eliminaron el riesgo de cola, y eso es muy importante, permitieron que la demanda nominal en la eurozona se estancara por años y que la demanda real sea hoy 6% menos que hace seis años. Este es un registro desastroso de mal manejo macroeconómico.
La pregunta es ¿qué podrían haber hecho? Porque es muy difícil manejar la política macroeconómica en la zona euro. Me parece que habría sido posible económicamente, no necesariamente políticamente, y habría sido posible legalmente, haber aplicado alivio cuantitativo, es decir, comprar una amplia variedad de activos, gubernamentales y de otro tipo, en toda la zona euro, de forma proporcional a la participación del país en el PIB del bloque, obviamente habría sido mucho más fácil si hubieran sido eurobonos u otros activos que fueran comunes a la zona euro, pero un programa de QE basado en el aporte al PIB o en la contribución al BCE habría sido posible.
Ahora, también es cierto que el efecto de esto no habría sido claro, habrían comprado muchos bonos alemanes y este instrumento ya está muy caro. Así es que habría sido mucho más efectivo comprar sólo los bonos de los países en problemas. Sin embargo, si lo hubieran intentando más, habrían logrado más. Y habrían estado también en el proceso de debilitar el tipo de cambio, lo que me parece saludable.
Entonces, pudieron hacer más, pero incluso si lo hubieran hecho, también es cierto que dada la tremenda debilidad estructural de la demanda en los países acreedores –Alemania y Holanda- es muy difícil que vuelva el crecimiento a la zona euro y ese es un gran problema. La única vez que la zona euro fue dinámica en los últimos quince años, fue cuando se produjo un enorme auge crediticio en el Reino Unido y España, y ahora que eso se terminó la zona euro ha sido increíblemente débil, pese a que las tasas de interés están muy bajas. Por lo tanto, se podría decir que la zona euro ha probado ser una región no muy dinámica y la política monetaria no funciona bien, y esa es una preocupación genuina.
- Uno de los temas que se tomó las elecciones para el Parlamento Europeo fue la decisión de elegir más o menos Europa. ¿Cuál cree que es la mejor opción para prevenir que vuelva a suceder una crisis como esta?
- Es difícil definir esto. Lo he pensado de la siguiente forma: dada la existencia de la unión monetaria, está claro que necesitan más Europa, tanto económica como políticamente. El problema es que la crisis ha hecho que alcanzar genuinamente más Europa sea difícil de alcanzar. Cuando digo que necesitan más Europa para que funcione, estoy crecientemente convencido de que necesitan una mayor integración para lograr lo que es efectivamente ahora una unión federal que funcione mejor, lo que significa por sobre todo un mayor nivel de integración fiscal y una forma de eurobonos, y esto requiere que la unión bancaria provea seguros para las empresas en problemas, para que sea más fácil que los bancos centrales cooperen. Pero por supuesto, no habrá unión fiscal, como dijeron los alemanes, sin una unión política, podría haber una genuina unión política federal, pero eso no está en las cartas. Así es que en cambio lo que han hecho es que más Europa se ha vuelto lo que yo llamo una Europa disciplinada, que es principalmente un conjunto de reglas que le dicen a las personas qué hacer.
El problema de la Europa disciplinada -aparte del Mecanismo de Estabilidad Europea, que ha entregado algo de solidaridad mutua- es que mina por completo la responsabilidad democrática en la Unión Europa y eso me parece muy desafortunado. El segundo problema es que refuerza un proceso de ajuste profundamente asimétrico, en el que sólo los países acreedores se ajustan, pero los deudores nunca se ajustan y eso refuerza la fuerte ola deflacionaria en la zona euro. Así es que la forma de más Europa que se ha implementado es muy desafortunada, muy poco saludable, y en el largo plazo impracticable. Eso también se muestra en la unión bancaria, que dadas ciertas circunstancias podría hacer que el pánico sea peor. Necesitan más Europa, han introducido una forma de más Europa, pero no es bajo mi punto de vista la forma correcta de más Europa y sigue pendiente la importante pregunta de si pueden realizar mayor progreso político hacia una unión política, que respalde una unión monetaria y económica federal más efectiva. En el largo plazo, eso es lo que hay que hacer.
- ¿Qué impacto tendría que se adopte la opción de menos Europa?
- Por supuesto que existe la opción de menos Europa, que es romper la unión monetaria. Eso eliminaría el problema. Desafortunadamente, romper la unión monetaria sería una pesadilla total política, económica y financieramente. Personalmente, preferiría que nunca hubiese existido, pero ya es muy tarde, romper la unión monetaria es un problema intolerable, con consecuencias inimaginables. Siento que están atascados en un limbo: están en una posición insatisfactoria, avanzar parece imposible y retroceder es imposible, ese es el dilema.
El primero en elevar las tasas
El mercado apuesta porque sea el Banco de Inglaterra el primer gran banco central en elevar las tasas de interés. La semana pasada las minutas de la reunión de la institución mostraron que la decisión de dejar los tipos en su mínimo récord se está volviendo “más equilibrada” para algunos miembros del comité de política monetaria.
Informes separados publicados la semana pasada revelaron que la inflación se aceleró en abril por primera vez en diez meses, las ventas minoristas subieron y que la economía se expandió 0,8% en el tercer trimestre, lo que hizo que el mercado apostara aún más porque las autoridades monetarias pueden anticipar su decisión de subir los tipos. La libra ya lleva cuatro semanas fortaleciéndose frente al euro.
- ¿Será el Banco de Inglaterra el primero en elevar las tasas de interés?
- Podría ser. Será el banco central de Inglaterra o el de Estados Unidos. En este momento, no sabría cuál, pero es probable que sea el Banco de Inglaterra primero, probablemente el próximo año. Es poco probable que ocurra este año, pero no es imposible.
- ¿Cuál es la principal amenaza actual para la economía británica?
- Además de las circunstancias globales, pueden ser dos cosas: que el auge inmobiliario se vuelva muy fuerte o que colapse. Pero en este momento que el boom del sector de las propiedades se fortaleza creo que es la mayor amenaza. Ahora, en el largo plazo, la mayor amenaza es que la tendencia subyacente de crecimiento es muy baja, hay un problema de productividad y no está claro cómo enfrentaremos el problema del exceso fiscal de la crisis.
EEUU necesita un auge del crédito para crecer
- ¿Cuál es la principal amenaza para EEUU?
- La mayor amenaza de EEUU es que la demanda del sector privado no es lo suficientemente fuerte. La demanda ha sido débil por mucho tiempo, nunca ha repuntado, y creo que la razón para eso es la desigualdad, la gente a la que le gustaría gastar no tiene los ingresos para hacerlo, además es un país altamente endeudado todavía y hay poca voluntad del sector privado por invertir. Esto no es una amenaza catastrófica, pero el ajuste de la política fiscal es muy difícil. Este es el punto que marcó Larry Summers -haciendo referencia a EEUU, pero también se aplicará al Reino Unido en el largo plazo y a la zona euro- que es muy difícil hacer que nuestros países crezcan sin un auge del crédito, entonces tenemos o una expansión muy débil o un crecimiento insostenible, esa parece ser la opción. Y el problema de EEUU es que sin un gran auge del crédito –que es la situación actual, y con un ajuste fiscal- el crecimiento de la demanda es muy débil. Sin embargo, no estoy muy preocupado en el corto plazo, creo que está mejorando. Seguirá habiendo una recuperación, pero para los estándares históricos, es tremendamente débil y por el momento no espero que eso cambie.
- En los últimos días el Senado aprobó la nominación de Stanley Fischer (ex gobernador del Banco de Israel) a la junta de gobernadores de la Reserva Federal de EEUU. ¿Cree que el cambio en los miembros de la Fed provocará un cambio en la política monetaria o en la evaluación de la economía?
- No. Estoy seguro de que Stan Fischer, a quien conozco muy bien, respalda totalmente la actual política de la Fed y no habrá ninguna diferencia ideológica entre él y la presidenta de la Fed, Janet Yellen. Por lo tanto, espero que haya una Fed muy armoniosa. Stan Fischer es un hombre brillante y un gran banquero central, será capaz de representar a la Fed muy exitosamente. Estoy seguro de que contribuirá mucho a la calidad de la discusión en la Fed, tiene una gran autoridad, lo que contribuirá.
- ¿Cuándo la Fed saldrá definitivamente del estímulo?
- Ya están reduciendo el ritmo al que compran los activos y esa es una forma de salida. Eso continuará hasta que dejen de comprar activos, y eso no sucederá en mucho tiempo más. Entonces tendrán que definir qué hacer. Creo que lo siguiente será subir las tasas de interés, lo que harán mucho antes de retirar las tenencias de activos, las que podrían no retirar. Mi expectativa es que sea un proceso largo y complicado. ¿Cuándo volverá la Fed a lo que consideramos normal en términos de tasas de interés y balance? Eso no sucederá hasta bien entrados los 2020 e incluso hasta los 2030.
- ¿Qué impacto tendrá esto en los mercados emergentes?
- Las condiciones monetarias en EEUU se van a ajustar un poco, pero lentamente. Eso significará no sólo que las tasas de interés a corto plazo se elevarán, sino también a largo plazo. El supuesto de los mercados emergentes debería ser que nos movemos, en lo que se refiere a EEUU, a un ciclo de ajuste. Sin embargo, los japoneses y los europeos harán algo totalmente distinto, al menos en el corto plazo. Los japoneses están expandiendo la política monetaria. Así es que en suma, las condiciones en los mercados emergentes se mantendrán muy expansivas. ¿Qué pueden hacer los mercados emergentes? No mucho, el shock ya ha pasado. No deberían preocuparse por el tipo de cambio, para nada, deben dejarlo flotar. Ha habido una desaceleración, así es que tienen que pensar en una nueva ronda de reformas.