El magnate Petró Poroshenko, que ganó ayer las elecciones presidenciales en Ucrania, según los sondeos a pie de urna, es el elegido por los ucranianos para pacificar y poner coto al separatismo en el este prorruso.
“Ucrania se encuentra en medio de una guerra y una agresión. Para implantar la paz en la parte sur de Ucrania hay que negociar con todas las partes, incluida Rusia. Desde luego, habrá encuentro con (el presidente ruso, Vladímir) Putin”, afirmó en su primera intervención tras el cierre de los colegios.
Una de las claves de la victoria de Poroshenko, que ya participó activamente en la Revolución Naranja de 2004, fue su decisión de financiar las protestas del Euromaidán que desembocaron en el derrocamiento en febrero del presidente Víktor Yanukóvich.
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea habían reiterado hasta la saciedad la importancia de que Ucrania tuviera cuanto antes un presidente legítimo, a ser posible en una sola vuelta electoral, para hacer frente a la amenaza rusa. Pues, su victoria no dejó lugar a dudas, ya que, según los sondeos, obtuvo entre un 55,7 y un 57,3% de los votos, mientras su gran rival, la ex primera ministra Yulia Timoshenko, obtuvo un decepcionante 12,9%, según los sondeos.
Timoshenko aceptó a regañadientes la derrota, al describir las elecciones como “justas y democráticas”, mientras insistió en la necesidad de convocar un referéndum sobre el ingreso en la OTAN para defender a Ucrania de una agresión exterior. (Efe)