Economía

Los candidatos del centro que desafiarán las apuestas extremas en Brasil

La ecologista Marina Silva y el gobernador de Sao Paulo Geraldo Alckmin ya anunciaron que postularán en los comicios, mientras que el oficialismo se debate entre dos opciones.

Por: María Akbulyakova | Publicado: Lunes 15 de enero de 2018 a las 04:00 hrs.
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La popularidad de los candidatos de extrema derecha y extrema izquierda en Brasil, Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva, ad portas de las elecciones presidenciales de octubre, tiene a los inversionistas en modo standby.

Sin embargo, en los últimos días la contienda ha sumado apuestas del centro no muy lejanas a las políticas que ha intentado implementar el presidente Michel Temer.

Ecologista de izquierda

Quizás la candidata más lejana al gobierno actual es la ecologista Marina Silva, quien buscará presidencia por tercera vez como candidata de Red Sustentabiliad (REDE), y quien cuenta con el apoyo de entre un 10% a 15% de los brasileños.

Fue secretaria de Medioambiente del Partido de los Trabajadores y ministra de Medioambiente del expresidente Lula, pero luego se cambió al Partido Verde, convirtiéndose en 2010 en la primera candidata mujer y representante de minoría étnica en postular a la presidencia. En 2014, volvió a postular, obteniendo un 21,3% de los votos.

Silva lanzó su candidatura oficialmente en diciembre, apostando por “los brasileños que quieren un país libre de corrupción” y abogando por las causas medioambientales. Pero a pesar de sus visiones de centroizquierda y críticas al gobierno, los analistas consideran que su llegada al poder no representará un gran cambio respecto a las políticas del actual presidente Michel Temer. Tras perder elecciones en 2014, apoyó al senador Aécio Neves, exlíder del centrista Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que hasta hace poco fue parte de la coalición gobernante.

Gobernador centrista

El PSDB cambió de rumbo a fines de noviembre, rompiendo con el oficialismo y eligiendo a su candidato presidencial, el gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, ahora a la cabeza de la colectividad.

Alckmin inició su carrera política en el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), pero descontento con su gestión cofundó el centrista PSDB en 1988. Fue candidato presidencial en las elecciones de 2006, logrando casi 40% en la segunda vuelta frente a Lula.

A pesar de que el oficialista PMDB dijo que no apoyará a Alckmin y presentará su propio candidato, el gobernador tiene buenas posibilidades de surgir. Actualmente su apoyo gira en torno a un 7%, pero su partido espera que suba a entre 10% y 15% a abril, opinión compartida por los analistas. De hecho, un sondeo del diario Folha de Sao Paulo reveló que tiene un 23% del apoyo de sus lectores, versus un 16% de Lula.

En tanto, en vez de alejarse de Temer, la semana pasada hizo un gesto inesperado, diciendo que la reforma previsional estancada en el Congreso tiene que ser votada en febrero y no postergada para 2019. El mandatario devolvió la reverencia, asegurando que Alckmin tiene “serenidad y seguridad” para ser el próximo presidente.

Disputa oficialista

A menos de diez meses de los comicios, el oficialismo todavía no define a su candidato presidencial. Hasta ahora, los favoritos para representar a la coalición son el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, y el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia.

Hasta el propio Temer no descartó su participación en la contienda en una entrevista el mes pasado, y dijo que preferiría que tanto Meirelles como Maia se quedaran en sus cargos en los tiempos cruciales que enfrenta su agenda (tendrán que abandonarlos antes de abril si deciden postular). Pero con una aprobación por debajo de 5%, la tarea será difícil. A eso se suma que el mandatario enfrenta problemas de salud.

Meirelles, un exejecutivo del sector financiero, es el favorito del sector empresarial y ha sido un promotor activo de las iniciativas de Temer. Pero el también expresidente del banco central está consciente de que hay que evaluar las “condiciones políticas y electorales”: su apoyo está en apenas 2%.

Maia por su parte, quien ejerce un quinto período como diputado por el Partido Demócrata, aliado de Temer, aseguró la semana pasada que “si estoy siendo considerado como una alternativa, es porque hay una avenida abierta”.

En tanto, ante la poca popularidad de las tres figuras, el oficialismo puede dar un giro y finalmente apoyar a Alckmin, para no dividir al centro y dar confianza a los mercados.

Entorno complicado

Mientras los candidatos oficialistas pretenden capitalizar las reformas económicas implementadas por Temer, los acontecimientos recientes no son favorables.

A pesar de que la inflación está en sus mínimos en 20 años, la semana pasada, la agencia S&P rebajó la calificación del país, diciendo que las perspectivas de la reforma de pensiones –indispensable para disminuir el déficit fiscal- parecen ser cada vez más inciertas. Aún con la disposición del gobierno de matizar la ley para sumar apoyo, las posibilidades de aprobación, según Eurasia, no sobrepasan el 30%.

Con eso, el gobierno estaba incluso evaluando flexibilizar la “regla de oro”, que prohíbe emitir nueva deuda para cubrir gastos extra, pero descartó la idea la semana pasada.

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