El panorama económico mundial ha cambiado desde la última gran crisis y con él, también la naturaleza de los posibles contagios. Si antes, un contagio podía surgir del colapso de la deuda en Europa, hoy las mayores fuentes potenciales son las alzas de tasas en los países desarrollados y el lento crecimiento de los emergentes, alertó el Fondo Monetario Internacional en su informe 2014 Spillover Report. “Un menor crecimiento en los mercados emergentes puede provocar considerables contagios en el resto del mundo a través de diversos canales”, advierte el estudio, que agrega que esta situación afectaría al crecimiento global a través del comercio y las finanzas.
Ambos escenarios, precisó el organismo, podrían además reforzarse mutuamente, golpeando la actividad y afectando particularmente a las economías emergentes con mayores desequilibrios, como Argentina, Brasil, Rusia y Turquía.
Golpe doble
En el peor de los casos, si EEUU y Reino Unido comienzan a endurecer su política monetaria antes de lo esperado, y el crecimiento de los mercados emergentes se frena otro medio punto porcentual en los próximos tres años, eso restaría hasta dos puntos al crecimiento mundial en cinco años.
Al anterior panorama, el FMI también agregó el impacto de riesgos geopolíticos, como el conflicto en Ucrania, que afectaría fuertemente las perspectivas para Europa.
El crecimiento del comercio global y los flujos financieros en la última década ha elevado los riesgos de contagios entre vecinos, y en este sentido, cuatro países, Brasil, China, Rusia y Venezuela, representan las principales amenazas para las economías cercanas.
En la región, el foco está puesto en Brasil. “Las exportaciones de las economías del Cono Sur (Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay, y en menor medida, también Chile), exhiben un nivel relativamente alto de exposición a Brasil. Los shocks desde Brasil representan una gran parte de la varianza del PIB en Paraguay (16%) y Argentina (10%) y de entre 5% 6% para Bolivia, Chile y Uruguay.
Causas internas
El FMI califica la desaceleración de los mercados emergentes como gradual, sincronizada y prolongada, además de “posiblemente” estructural.
“La desaceleración en la productividad es consistente con los temores sobre limitaciones estructurales al crecimiento de los mercados emergentes, incluyendo, la sobredependencia del crecimiento basado en la inversión (en el caso de China), baja inversión en infraestructura (Brasil e India), y escasez de mano de obra calificada (Latinoamérica)”. Según el reporte, la contribución de los factores externos a la expansión de los emergente ha caído de 63% entre 1998 y 2013 a 32% desde 2012.