Caravana de refugiados centroamericanos que avanza lentamente a EEUU desata la furia de Trump

El presidente Donald Trump está furioso, amenazando por twitter con endurecer las restricciones a la inmigración y abandonar definitivamente el Acuerdo Comercial de Norteamérica (Nafta).

La razón: una caravana de más de mil migrantes provenientes de distintos países de Centroamérica pero mayoritariamente de Honduras, que se puso en marcha hace un par de semanas y que avanza lenta pero continuamente con el propósito de ingresar de manera ilegal a Estados Unidos.

La ira del mandatario se debe a que el gobierno de México permitió el ingreso de estas personas a su territorio, sabiendo que no permanecerán en él, y ha dado facilidades al grupo para que llegue a la frontera con Estados Unidos.

Trump dijo que México tiene "poder absoluto" para impedir que la caravana de refugiados centroamericanos ingrese al país. Previamente, el mandatario había redoblado sus exigencias para que México frene el tráfico de drogas además de personas a Estados Unidos.

"México tiene el poder absoluto para impedir que estas grandes caravanas de personas ingresen a su país", dijo Trump hoy en una publicación en Twitter. "Deben detenerlos en la frontera norte, lo cual pueden hacer, porque sus leyes fronterizas funcionan; no deben permitirles pasar a nuestro país, que no tiene leyes fronterizas efectivas".

BuzzFeed informó que una "caravana" de inmigrantes centroamericanos liderada por Pueblos Sin Fronteras se dirige hacia el norte en una marcha hacia la frontera estadounidense en busca de asilo.

Ley Daca

El lunes, Trump además declaró "muerta" una iniciativa para llegar a un acuerdo con el fin de ayudar a los inmigrantes que ingresaron al país ilegalmente siendo menores de edad y reiteró un llamado a los senadores republicanos para alcanzar una mayoría simple de 51 votos como una manera de aprobar legislación más fácilmente .

En virtud del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés), aquellos que pueden acogerse a él deben haber vivido continuamente en EEUU desde 2007 y haber ingresado al país antes de cumplir los 16 años, pero Trump derogó el programa en septiembre y dio al Congreso hasta marzo para llegar a un consenso.