Bayer se hunde en bolsa y queda ad portas de millonarias demandas por herbicida cancerígeno
La firma estadounidense asegura que el glifosato es “seguro” y apelará a la sentencia. Inversionistas temen por mayores consecuencias legales. Acciones cayeron 10%.
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Un duro golpe a sus acciones recibió ayer Bayer, tras la sentencia del viernes de un tribunal de Estados Unidos que reconoció que el herbicida Roundup, el producto estrella de la recién adquirida Monsanto, jugó un papel determinante en el cáncer de un hombre que manipuló el producto.
Los títulos de la alemana llegaron a caer más de 10%, su mayor descenso en casi siete años, ante el temor por los posibles costos de la batalla judicial. Y es que, según el fallo del tribunal estatal de San Francisco, la firma estadounidense deberá cancelar US$ 290 millones en daños y perjuicios a Dewayne Johnson, un jardinero de California que asegura que padece linfoma no Hodgkin tras emplear el herbicida por años.
Pero más allá del caso particular, la decisión judicial -en un país en el que prevalece la jurisprudencia- deja la puerta abierta a miles de demandas que podrían suponer un desembolso multimillonario para Bayer, que hace apenas tres meses cerró la compra de la multinacional estadounidense por US$ 63 mil millones.
Según Peter Verdult, analista farmacéutico de Citigroup, hay al menos unos 5 mil casos similares pendientes de resolución en los tribunales del país, de los cuales 450 serán revisados en California.
Esto se suma a la caída de 19% que acumulan en el año los papeles de la compañía germana, mientras que los bonos por 1.500 millones de euros y vencimiento en diciembre de 2029 retrocedieron US$ 0,3, su nivel más bajo desde junio, cuando se emitieron para ayudar a pagar la adquisición de Monsanto.
Malos recuerdos
Ambas empresas involucradas en el escándalo aseguran que Roundup es seguro. Bayer expuso ayer que “el veredicto está en desacuerdo con el peso de la evidencia científica, décadas de experiencia en el mundo real y las conclusiones de reguladores de todo el mundo que confirman que el glifosato es seguro y no causa linfoma no Hodgkin”.
Sin embargo, el jurado determinó que Monsanto actuó de manera malintencionada al no informar sobre los posibles efectos del herbicida y que éste, así como su versión profesional RangerPro, contribuyeron “considerablemente” en la enfermedad de Johnson.
La decisión aún puede ser desestimada por una corte superior y la firma adelanta que presentará un recurso contra la sentencia. Pero los inversionistas temen ante lo que podría estar por venir. “Si el litigio desencadena otros veredictos importantes, podría tener un impacto material en los resultados de Bayer”, dijo Chris Perrella, analista de Bloomberg Intelligence.
El fallo sorprendió a los inversionistas y recordó el escándalo de la alemana con la píldora reductora del colesterol Lipobay. Bayer pagó entonces más de US$ 1.100 millones para zanjar las disputas. “A los inversionistas podría preocuparles que esto se convierta en un ‘Lipobay 2.0’”, dijo Markus Mayer, analista de Baader Bank.
Eterno debate
El glifosato, el ingrediente activo de Roundup, fue aprobado por primera vez para su uso en el herbicida de Monsanto en 1974. Con el tiempo logró gran popularidad y, en 2017, ya tenía una participación de 19,4% de un mercado global de herbicidas de US$ 2.200 millones, muy por encima del 9,2% de su competidor más cercano, Ortho.
Pero su impacto en seres humanos y el medio ambiente ha sido fuente frecuente de controversia, desatando llamados de Europa y otros lugares para prohibirlo, a lo que Monsanto ha repetido insistentemente que es “perfectamente seguro”. “Más de 800 estudios y revisiones científicas, y conclusiones de la Agencia de Protección Ambiental de EEUU, los Institutos Nacionales de Salud de EEUU y las autoridades reguladoras de todo el mundo, respaldan el hecho de que el glifosato no causa cáncer y no causó el cáncer del señor Johnson”, dijo el viernes el vicepresidente, Scott Partridge.
La compañía argumenta que la enfermedad contraída por el demandante tarda muchos años en desarrollarse. Según lo expuesto, el corto período entre la primera exposición de Johnson al producto en 2012 y su diagnóstico en 2014, hace imposible cualquier conexión entre la enfermedad y el químico.
La dependencia de Monsanto -y ahora de su matriz alemana- en Roundup va mucho más allá de su venta como herbicida. Monsanto modificó genéticamente el ADN del maíz, la soya y otros cultivos para hacerlos resistentes al producto; ahora obtiene más ingresos de semillas que de pesticidas.
La filial de Bayer en Chile, en tanto, declinó ayer hacer comentarios sobre el impacto en el país hasta no se concrete localmente la transacción.