Economía

Atentado en París endurece postura anti inmigratoria en sectores radicales de Europa

Tras el ataque, los líderes de Alemania y Reino Unido discutieron el futuro de la política europea sobre inmigrantes, un debate que amenaza con fracturar al bloque.

Por: Constanza Morales Huidobro | Publicado: Jueves 8 de enero de 2015 a las 05:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

"Francia está en shock". Así describió el presidente galo François Hollande el atentado que sacudió ayer a París, en el que atacantes presuntamente islámicos ingresaron a las oficinas de la revista Charlie Hebdo y asesinaron a doce personas, incluidos los cuatro principales caricaturistas de la publicación y dos policías.

"Un acto de barbaridad excepcional ha sido perpetrado contra un diario, contra la libertad de expresión, contra los periodistas", dijo Hollande, quien recibió el apoyo de diversos líderes mundiales, como el presidente de EEUU Barack Obama, la canciller alemana Angela Merkel y el primer ministro británico David Cameron.

A pesar de que el político socialista hizo un llamado a la unidad nacional, no todos compartieron esta visión. Marine Le Pen, líder del ultra derechista Frente Nacional y quien se ha opuesto fervientemente a la inmigración, aseguró que el país debe enfrentar las creencias de los terroristas. "Se acabó el tiempo de la negación y la hipocresía. El rechazo absoluto del fundamentalismo islámico debe ser proclamado de manera fuerte y clara", declaró.

Le Pen, cuyo partido lidera en las encuestas, culpa a los extranjeros del altísimo desempleo y la creciente desigualdad. Esta división no sólo marcará el debate político francés antes de las elecciones de 2017 , sino que también revela las tensiones en Europa por la migración, especialmente de grupos de religión islámica. En los últimos días autoridades italianas rescataron un barco con 450 inmigrantes ilegales provenientes de Turquía y grupos anti y pro islámicos realizaron masivas manifestaciones en Alemania.

Merkel y Cameron
Horas después del atentado, Angela Merkel llegó a Londres donde tenía agendada una reunión con David Cameron. Además de preparar la próxima sesión del G7, la canciller alemana y el premier británico discutieron las reformas al sistema migratorio que impulsa Downing Street. Con el surgimiento del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), que se opone a la política pro-europea, y su avance en las encuestas previo a las elecciones generales de mayo, Cameron ha endurecido su postura para no perder terreno con los votantes. El líder conservador busca realizar un referendo sobre la salida del país de la UE si su partido gana los comicios y exigió a sus pares europeos que modifiquen las actuales reglas para dificultar el movimiento de ciudadanos.

Esto lo colocó en directa colisión con Berlín, que defiende la libertad de movimiento de los trabajadores como uno de los pilares del bloque. Merkel incluso se ha mostrado dispuesta a retirar su apoyo a los esfuerzos para que el Reino Unido siga siendo parte de la comunidad.

En conferencia de prensa conjunta, Cameron delineó los cuatro puntos que deben modificarse, entre los que destaca que los inmigrantes no deberían ingresar al país por los beneficios de desempleo. Si bien Merkel admitió que la región debe lidiar con el abuso de las ayudas sociales, insistió en que se debe preservar la libertad de movimiento.

Efecto positivo de la migración
Las estadísticas favorecen la visión alemana. Según un reciente estudio de la OCDE, la migración tiene un impacto positivo en tres áreas: el mercado laboral, las cuentas públicas y el crecimiento económico.

El análisis reveló que los migrantes representaron 70% del aumento en la fuerza laboral en Europa en los últimos diez años. Desde 2000, este grupo ha representado 14% del incremento en la fuerza laboral altamente educada y 24% de los ingresos a las ocupaciones que han declinado más fuertemente, como artesanos, operadores de máquinas y ensambladores.

En cuanto a su impacto en las arcas fiscales, investigaciones sugieren que el efecto acumulado de las olas de migración en los últimos 50 años a los países OCDE es en promedio cercano a cero.

"De esta manera, los inmigrantes no son ni una carga para la cartera pública ni una panacea para los desafíos fiscales. En la mayoría de los países, (...) contribuyen más en impuestos y aportes sociales que lo que reciben en beneficios individuales", decía el reporte.

Un estudio de la University College London publicado en noviembre mostró que los ciudadanos de la UE que llegaron al Reino Unido entre 2001 y 2011 aportaron más de 20 mil millones de libras esterlinas (US$ 30.218 millones) a las finanzas públicas británicas. Los extrajeron de otras partes del mundo contribuyeron con 5 mil millones de libras.

Las personas provenientes de los quince países originales de la UE, como Francia, Alemania e Italia, aportaron 64% más en gravámenes que en lo que recibieron en beneficios, mientras que los inmigrantes de Europa central y del este contribuyeron 12% más de lo que se les dio.

Lo más leído