Gobierno inicia proceso de reformulación del sistema nacional de capacitación laboral
A 30 años de creado, el Sence y sus programas ya no son el apoyo indicado para elevar la productividad e innovación en el país.
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Equipo de Suplementos
Menos del 15% de la fuerza de
trabajo empleada se capacita hoy en Chile, cifra que está muy por debajo
de las registradas en países como Irlanda (40%) o Finlandia (70%). La
estructura de capacitación del país, Sence, fue creada hace más de 30
años, para un Chile con prioridades distintas a las actuales, al menos
en lo que a competitividad y productividad se refiere.
Consciente
del tema, el gobierno ha iniciado un proceso de reforma al sistema
nacional de capacitación, con el fin de mejorar la empleabilidad y
productividad de los trabajadores; proceso que debiera estar definido
durante el segundo semestre de este año y que parte con la creación de
una comisión de expertos en la materia, liderados por la ministra del
Trabajo y Previsión Social, Camila Merino.
De acuerdo a lo
anunciado por la secretaria de Estado, los principales objetivos de este
rediseño son focalizar los recursos en los trabajadores con menor
calificación, mejorar la empleabilidad de éstos, entregarles más poder
de decisión, enfocarse en trabajadores de las pymes y alinearse con el
sistema de Certificación de Competencias Laborales y coordinarlo con
plan de empleo.
¿La meta? Tener 1,2 millón de personas
capacitadas hacia 2014.
Sistema mal enfocado
Chile
destina anualmente cerca del 0,14% de su PIB a capacitación laboral e
invierte, a través del Sence, cerca de US$ 150 millones al año. Sin
embargo, estos recursos no llegan al 20% más pobre de la población, ni a
los trabajadores menos calificados ni al mundo rural. Es más, se estima
que el 89% de la fuerza de trabajo no cuenta con calificaciones
técnicas o profesionales y, un alto porcentaje tampoco tiene su
educación escolar completa.
De lo anterior se desprende que el
mayor problema de Chile en materia de capital humano está en la gran
masa laboral del país.
"Tenemos un problema muy importante de
calidad y cantidad de capital humano. Hay déficit en la capacidad de los
trabajadores para absorber nuevas tecnologías y sistemas de trabajo más
sofisticados. Si queremos avanzar como país, introducir mayor valor
agregado a nuestras exportaciones, pero además diversificar nuestros
productos y servicios, es clave solucionar estas barreras", asegura
Hernán Araneda, gerente del Centro de Innovación en Capital Humano de
Fundación Chile.
A su juicio, Chile tiene pocas posibilidades de
ser exitoso en la invención de nuevos productos y tecnologías, pero
puede convertirse en un buen gestor de la innovación, es decir, en
transferir tecnologías desarrolladas en otros países, mejorar la calidad
de los productos y las estrategias de marketing, entre otros.
Flora
Painter, jefa de la división de Ciencia y Tecnología del BID, cree que a
pesar de los avances registrados en el país, todavía queda un buen
trecho que recorrer en prácticamente todas las áreas, pero
fundamentalmente en la formación de capital avanzado y en el de la
capacitación técnica.
Este último punto, "se presenta usualmente
como un cuello de botella para la innovación en las empresas. El aumento
de las matrículas en Centros de Formación Técnica ha sido mucho menor
que el experimentado en universidades, con lo que se presenta un
problema de cobertura, agravado con unas tasas de deserción altas, al
que hay que añadir un problema de pertinencia y de calidad de la
enseñanza, mucho más difíciles de medir en ausencia de un sistema de
certificación adecuado", asegura.
Araneda concuerda con lo
anterior y considera necesario reestructurar el modelo educativo. "Es
importante que las mismas universidades o entidades de educación
superior reorienten sus mallas curriculares hacia el logro de
competencias profesionales efectivas. Asimismo, parece indispensable que
el financiamiento estudiantil promueva que los chilenos puedan optar a
carreras técnico-profesionales más cortas, siempre que sean de calidad
demostrada", explica.
Productividad
Un análisis del
Consejo Nacional de Innovación (CNIC) sostiene que la insufiente
calificación de trabajadores y capital humano experto para incorporar
capital físico y desarrollo tecnológico es una de las razones para que
el crecimiento de la Productividad Total de Factores (PTF) en Chile haya
declinado drásticamente en la última década. Entre los años 1992 y
1996, el aumento de la PTF fue de 2,7%, en tanto que la cifra estimada
para 2008 es de -1,7%.
Tal situación refleja que en Chile hay una
dificultad para moverse de un crecimiento basado en recursos naturales a
uno sustentado en la innovación. De hecho, Flora Painter afirma que las
capacidades empresariales para gestionar la innovación en las
organizaciones son clave para que nuevos productos y procesos se
apliquen de manera efectiva y logren mejoras en la productividad.
"La
generación de capital humano de gestión es absolutamente fundamental
para aumentar la inversión privada en I+D+i, que es precisamenste una de
las tareas pendientes más importantes del sistema de innovación
chileno", plantea la experta del BID.
Según el CNIC, dar el salto
en capital humano redundará a largo plazo en el aumento de la
productividad, por lo que es clave promover la certificación de
competencias laborales, además de hacer una reforma estructural en este
tema a través de: un aumento del financiamiento público a la educación
en todas sus etapas; modificación del estatuto docente (flexibilidad y
mejores sueldos); establecimiento de un marco de cualificaciones basado
en competencias para desarrollo curricular; acreditación de la oferta
formativa y de capacitación; aumento de la cobertura terciaria al 60% de
la población al año 2015, con una participación de área técnico
profesional del 50%, entre otros puntos.
Becas
En
cuanto al sistema de becas estatales, los docentes de la Universidad
Católica, Carlos Williamson, Sergio Martinic y Juan Echeverría, señalan
que este mecanismo es importante para mejorar el capital humano país,
pues permiten asegurar el acceso a la educación a estudiantes
meritorios, independiente de su situación socioeconómica. Sin embargo,
creen que debiera existir una mayor regulación en la entrega de los
recursos, así como una rendición pública de los resultados del sistema.
En
Visión Universitaria, publicación de la PUC, los docentes recalcan que
las becas son sólo uno de los componentes de una estrategia mayor y
destacan la importancia de fortalecer la investigación básica y aplicada
a lo largo del país, apoyar el desarrollo de los postgrados nacionales y
asegurar su calidad a través de un buen sistema de acreditación, entre
otra serie de acciones que deben estar en estrecha relación con el campo
de desempeño de las personas que adquieren mayores grados de
calificación profesional o académica.