Supermercados: ventas crecen 70% desde 2009 a costa de ferias y almacenes
Expertos estiman que la penetración del canal formal roza el 75%, mientras el informal alcanza el 25%, quince puntos porcentuales menos que en 2009.
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La denuncia de una supuesta colusión en la industria de los supermercados puso nuevamente en el tapete a los almacenes de barrio y las ferias libres. Autoridades de gobierno, políticos y organizaciones de consumidores han llamado a la gente a comprar en el denominado canal informal o tradicional.
Pero los chilenos han evidenciado una predilección por el canal moderno, que considera a todos aquellos recintos que cuenten con más de tres cajas, según la definición del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Según cifras de este organismo, las ventas nominales de los supermercados a nivel nacional han crecido nada menos que 70% desde 2009, aunque en los últimos años el alza ha sido menos dinámica.
El año pasado y a nivel nacional las ventas nominales de esta industria alcanzaron US$ 13.692 millones, muy por sobre los US$ 8.106 millones reportados en 2009.
Se estima que la penetración del canal supermercadista roza el 75%, por encima del 63% que evidenciaba en 2011. Este incremento se produjo en desmedro del segmento de ferias libres y almacenes, que actualmente representa sólo el 25%, un recorte de quince puntos porcentuales respecto de 2009.
“Todos los canales han crecido en el tiempo, pero los supermercados lo hicieron en mayor medida porque hubo una fuerte competencia entre los distintos actores, lo que llevo a que las grandes cadenas desplegaran millonarias inversiones para aumentar el número de locales. Así, las salas de supermercados crecieron de manera muy importante. A esto se sumó un aumento en el poder adquisitivo que tuvieron los chilenos”, destaca Fernando Alvear, ex presidente de la Asociación de Supermercados de Chile, y desde junio de 2010 gerente general de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC).
En la vereda del frente, la tesorera de la Confederación Gremial Nacional de Organizaciones de Ferias Libres, Persas y Afines de Chile (ASOF), Gabriela Sepúlveda, explica que el segmento que representa no ha podido crecer, “porque la cancha es desigual”.
“Un solo ejemplo: cuesta un montón que una municipalidad autorice la instalación de una feria, pero no hay ninguna molestia para que se levante un gran supermercado”, sostiene.
Presencia nacional
Entre 2009 y 2015 se abrieron 511 salas de supermercado, cerrando el año pasado con 1.425 locales a nivel nacional, de las cuales 568 están en la Región Metropolitana.
Por su parte, según cifras de ASOF, en el país funcionan del orden de 930 ferias, de las cuales 425 están en Santiago. Las ventas anuales rondan los US$ 2.600 millones.
“Hay muchas ferias en el país, pero son las mismas de hace 20 ó 50 años. Debería haber en los planes reguladores espacios destinados a ferias. No pedimos que se nos haga un favor, sino que existan ferias amigables con el medio ambiente, que es lo que viene”, señala Sepúlveda.
Pese al fuerte desarrollo del denominado canal moderno, la industria supermercadista en Chile tiene aún mucho espacio para crecer.
En Francia, la penetración de los supermercados alcanza nada menos que a 97%, en Reino Unido es de 96% y en Alemania de 95%.
Como contrapartida, en Perú la penetración del canal moderno llega a 15% y en Ecuador asciende sólo a 40%. Así, es fácil entender cómo las compañías aún mantienen en carpeta millonarias inversiones.
los Cambios legislativos
La industria de los supermercados y las ferias libres podría enfrentar nuevos cambios normativos.
En el caso de las segundas, actualmente el Ejecutivo trabaja en un anteproyecto de ley que -en caso de prosperar- permitirá al feriante contar con un derecho de uso garantizado del espacio público, en el marco de un acuerdo formal con la municipalidad.
En tanto, en el Congreso se discute el proyecto que modifica la ley General de Urbanismo y Construcciones, con el objeto de regular la instalación de centros comerciales y supermercados en áreas urbanas. La iniciativa propone una nueva exigencia a considerar al momento de definir la instalación de supermercados, centros comerciales o cualquier otro tipo de establecimiento comercial de escala mayor.