JPMorgan, el tercer banco estadounidense por capitalización,
podría coronarse como el rey de Wall Street, después de presentar ayer unos
resultados empresariales que mejoraron las previsiones y dieron una tregua a
las malas noticias que azotan a la banca de inversión.
Jamie Dimon, el director ejecutivo de JPMorgan Chase, podría
coronarse como el rey de la corona, por su buena gestión en medio de la
tormenta crediticia y porque tampoco hay demasiados pretendientes a la ella,
según recoge hoy el diario 'Financial Times'.
En circunstancias normales, los resultados publicados ayer
por la firma de inversión habrían precipitado la salida de sus inversionistas y la
consecuente caída de sus títulos. Sin embargo, la crítica situación que vive el
sector ha hecho que el mercado reaccione de manera diferente.
Su beneficio cayó en el segundo trimestre del año más del
50%, dañado por unas provisiones de 1.100 millones de dólares (692 millones de
euros) por inversiones realizadas por su división de banca mayorista. No
obstante, sus títulos se revalorizaron ayer en la bolsa de Nueva York cerca de
un 5%, al ser estos resultados mejor de lo esperado por los analistas. En el
after hours, sus títulos cedieron, sin embargo, un 2%.
Menor impacto
El tercer mayor banco estadounidense, que compró a su rival
Bear Stearns el pasado mayo, ha sido una de las entidades menos afectadas de
Wall Street por el problema de la depreciación de activos crediticios afectados
por la crisis de las hipotecas subprime en Estados Unidos.
La mayor parte de las pérdidas contables de 1.100 millones
de dólares estuvieron relacionadas con préstamos hipotecarios fallidos y
operaciones apalancadas (leveraged buyout loans). Rivales como Citi y Merrill
Lynch han presentado mayores provisiones en los últimos meses. JPMorgan está
mejor posicionado que sus rivales en un entorno complicado.