Más de una semana después del ataque cibernético masivo contra Sony Pictures Entertainment, el estudio de Hollywood sigue luchando por restaurar los sistemas, al tiempo que los investigadores rastrean cualquier evidencia para identificar al culpable.
Algunos empleados de la unidad de entretenimiento de Sony recibieron nuevos equipos para reemplazar los que habían sido afectados por el virus.
En una circular interna a la que tuvo acceso Reuters, los co-jefes del estudio Michael Lynton y Amy Pascal reconocieron que "una gran cantidad de datos confidenciales de Sony Pictures Entertainment había sido robada por los atacantes cibernéticos, incluyendo información personal y documentos de la empresa".
Ellos no están "todavía seguros del alcance de la información que los atacantes tienen o podrían liberar", según la nota.
Su preocupación pone de relieve la gravedad de la infracción, la que según los expertos supone el primer gran ataque contra una compañía estadounidense que utiliza una clase de software malicioso altamente destructivo diseñado para hacer que las redes informáticas no puedan operar.
El corte asimismo se produce en un momento difícil para Sony, cuando el CEO de la compañía, Kazuo Hirai, está tratando de hacer crecer el negocio del entretenimiento para ayudar a compensar las pérdidas en su división móvil.
Investigación forense
Las personas que reclaman la responsabilidad de este último ataque han publicado copias digitales de películas inéditas de Sony. De hecho, el musical de Sony "Annie", que está previsto que sea lanzado el 19 de diciembre en EEUU, estaba disponible para su descarga en un popular sitio de piratería el martes por la noche.
Daniel Clemens, presidente ejecutivo de la firma seguridad cibernética PacketNinjas, dijo que ha revisado los archivos publicados hasta la fecha, y cree que fueron robados de Sony. Apuntó que encontró contratos de negocios, así como los números de la Seguridad Social, información sobre los salarios y datos médicos de algunos empleados.
El sitio de noticias tecnológicas Re/Code reportó el 28 de noviembre que Sony estaba investigando si los piratas informáticos que trabajan en nombre del gobierno de Corea del Norte fueron responsables del ataque como represalia por el respaldo de la compañía a la película "La Entrevista". La comedia se trata de un complot de la CIA para asesinar al líder norcoreano, Kim Jong Un. Pyongyang calificó la película como "un acto de guerra" en una carta enviada al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.