Las declaraciones a medios locales del nieto del creador del Beetle y presidente de Volskwagen durante dos décadas, Ferdinand Piech, sobre su pérdida de confianza en el actual director ejecutivo de la firma, Martin Winterkorn, han generado una gran tormenta en la cúpula de la mayor automotriz alemana.
Sin embargo, sus hostiles comentarios se toparon rápidamente con la oposición de otros importantes ejecutivos de la automotriz, quienes respaldaron la gestión de Winterkorn, poniendo de manifiesto que, a dos años de que termine su último período en la presidencia, Piech, de 77 años, podría haber cometido un importante error al iniciar un enfrentamiento contra la persona que podría haberle sucedido a partir de 2017.
Preparado para pelear
Para los expertos, las declaraciones de Piech colocan a Winterkorn en una posición más débil y complican sus perspectivas de renovar su cargo en diciembre de 2016. Sin embargo, el director ejecutivo está preparado "para pelear" por su puesto, consignó Bloomberg citando a fuentes ligadas a la compañía, y cuenta con el apoyo tanto del Estado de Baja Sajonia, sede de la empresa y poseedor de un 20% del grupo, del consejo de trabajadores y del propio presidente de Porsche, Wolfgang Porsche, quien apoyó públicamente al director ejecutivo en un comunicado alegando que los comentarios de Piech, su primo, "son su opinión personal". Los Porsche y los Piech controlan el 51% del grupo.
No es la primera vez que Piech realiza una jugada similar (y tiene éxito) para forzar la salida del director ejecutivo de la firma. La diferencia es que desde que Winkerkorn asumió su puesto, la acción de Volskwagen se ha más que duplicado, elevando la valorización de la automotriz a US$ 123 mil millones y ha logrado incrementar sus ventas mundiales hasta disputarle el liderazgo mundial al gigante japonés Toyota.
Más allá de las pugnas de poder, las críticas de Piech apuntan al pobre desempeño en el mercado estadounidense.