Las primeras novedades de la semana confirman los drásticos cambios que sufrirá Banco Espirito Santo (BES) a raíz de la severa crisis desatada en las últimas semanas.
Por un lado, el Banco de Portugal aceleró los pasos para remodelar cuanto antes el consejo de administración del mayor banco del país. En una reunión de emergencia celebrada a útima hora de ayer domingo acordó designar al economista Vítor Bento al frente de la dirección de Espirito Santo.
La remodelación se completará con la sustitución de Ricardo Espírito Santo Salgado, presidente ejecutivo del banco en los 22 últimos años, y con dos nuevas entradas en el consejo de administración de la entidad promovidas por el Banco de Portugal.
João Moreira Rato, en la actualidad máximo responsable de la agencia de deuda pública de Portugal, ejercerá como nuevo director financiero del banco, mientras que José Honório será el vicepresidente del consejo de administración.
Esta remodelación de la cúpula directiva de BES coincide con la pérdida de peso accionarial de la familia fundadora de la entidad. Espirito Santo Financial Group (ESFG), la sociedad que activó todas las alertas por sus problemas financieros, ha vendido un 4,99% del capital del banco para afrontar el pago de deudas pendientes. La participación de ESFG se reduce de esta forma al 20,1%.
BES y la Bolsa de Lisboa
La 'intervención' del Banco de Portugal frenó sólo momentáneamente la desbandada de los inversionistas de Espirito Santo. Las acciones del banco comenzaron la jornada con subidas próximas al 2%.
Pero las alertas reaparecen con el paso de la sesión, procedentes de la deuda. La desbandada de los inversionistas de los bonos emitidos por Espirito Santo, en medio de una oleada de rebajadas de ráting, agrava las alarmas sobre la salud financiera del grupo.
El castigo se traslada también a sus acciones, y llegan a sufrir una caída adicional próxima al 10%. La semana pasada ya se hundieron un 36%, por debajo de los 0,5 euros por acción, lo que redujo su capitalización por debajo de los 3.000 millones de euros.
La Bolsa de Lisboa sufre para mantener la 'minitregua' inicial, y el índice PSI 20 se esfuerza en salir de mínimos del año, cerca del nivel de los 6.200 puntos.
En el mercado de deuda pública, el interés exigido al bono a diez años de Portugal se enfría al 3,8%, frente al 4% que llegó a alcanzar la semana pasada, y la prima de riesgo baja de los 260 puntos básicos.