Petrolera de Batista daría paso clave para salir de la quiebra
La firma está intentando reinventarse como una versión más pequeña de la idea inicial creada por Batista.
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Oleo e Gas Participaçoes (OGpar), sucesora de la petrolera que gatilló el colapso del ex multimillonario brasileño Eike Batista, volvería a ser un productor viable una vez que los acreedores aprueben hoy un plan para reestructurar su deuda.
OGpar, antes conocida como OGX, eliminará la mayoría de su deuda -que rondaba los US$ 5.100 millones al momento de la solicitud de quiebra- y recuperará su capacidad financiera a medida que genere cerca de US$ 500 millones en ventas este año, comentó a Bloomberg el director ejecutivo de la firma, Paulo Narcelio. La compañía espera producir un promedio de 16.000 barriles al día en doce meses después de conectar otros dos pozos a su depósito Tubarao Martelo en julio. “Operacionalmente, a la compañía le está yendo bien”, acotó.
La reinvensión
La petrolera está intentando reinventarse como una versión más pequeña de la visión que Batista había presentado a los inversionistas en su apertura a bolsa en 2008. El empresario planeó crear el segundo mayor productor de petróleo de Brasil y elevar su fortuna a las mayores del mundo al igualar los depósitos de la estatal Petrobras. Sin embargo, la compañía abandonó la mayoría de sus campos offshore y fracasó en generar suficiente ingresos en relación con el servicio de deuda, lo que culminó en una solicitud de protección por bancarrota, la segunda mayor de América Latina.
Entre las opciones que OGpar está considerando para generar nuevos ingresos está la venta de producción petrolera por adelantado o encontrar socios para sus bloques. También cuenta con la recaudación de la venta de activos como las operaciones de gas natural y los bloques de exploración de bloques colombianos. Narcelio cree probable la aprobación del plan. “La alternativa de no aprobarlo sería liquidar la compañía. Eso no es una buena opción para nadie. Sería una decisión irracional”, acotó.
La administración de la firma, Batista y los acreedores aún necesitan solucionar el tema de la opción de venta por US$ 1.000 millones prometidos por el empresario en 2012 cuando la producción del primer proyecto petrolero estaba debilitándose.