La caída de 40% en el precio del petróleo desde junio es celebrada por las economías que dependen de las importaciones del commodity y lamentada por las que lo exportan.
Pero entre los grandes perdedores hay también muchas empresas productoras, y gran parte de ellas se encuentra en Latinoamérica, la segunda región con mayores reservas a nivel mundial, con 20% del total.
El nuevo escenario no sólo está golpeando las acciones de estas empresas, sino también a lo presupuestos nacionales, ya que muchas de ellas son firmas estatales o contribuyentes clave para las arcas fiscales, y provocando incertidumbre sobre las inversiones pendientes y las reformas al sector.
Sector agitado
En Europa, la francesa Total, la anglo holandesa Royal Dutch Shell y la británica BP registraron caídas de entre 3% y 4% en su acción tras la decisión de la OPEP de mantener su nivel de producción el próximo año. Pero desde junio la baja supera 13% en el caso de BP.
En EEUU, las principales petroleras esquivaron la mala jornada bursátil gracias al feriado de Acción de Gracias, pero en el último mes los papeles de Exxon Mobil acumulan un retroceso de 2,6%.
En Latinoamérica la brasileña Petrobras, la colombiana Ecopetrol y la argentina YPF, registran caídas de entre 20% y 21% en su acción desde fines de octubre.
Con los bajos precios, los analistas apuntan que las estimaciones de ganancias para 2015 de las 30 mayores petroleras mundiales se han reducido 14,3%, es decir, en conjunto, ganarán US$ 44.000 millones menos. Petrobras es la que vería el mayor impacto por monto, con una merma de US$ 3.601 millones (-23,62%), seguida de Exxon Mobil, con US$ 3.558 millones (-11,14%); y Chevron, con US$ 3.078 millones (-14,83%).
Sin embargo, la colombiana Ecopetrol sería la más afectada en términos de porcentajes, con un recorte de 29,5% en sus estimaciones de beneficios, equivalente a una reducción de US$ 2.045 millones. La acción de la firma ha perdido alrededor de 37% en bolsa desde junio. Si bien la empresa y el gobierno calculaban que las ganancias netas de este año serían 20% menores que en 2013, en 10,5 billones (millón de millones) de pesos colombianos (US$ 4.572 millones), la junta directiva estaría revisando la estimaciones y los primeros cálculos apuntan a 9,6 billones de pesos, un 26% menos que el año anterior. Y la cifra podría caer a 6 billones en 2016.
La brasileña Petrobras, cuya acción se ve sacudida también por un escándalo de corrupción, está impulsando un plan estratégico a 2030, que considera inversiones por US$ 221.000 millones para acelerar la producción. La viabilidad de ese programa, sin embargo, está calculada asumiendo un valor del barril del pretróleo Brent de entre US$ 95 y US$100. Petrobras es la petrolera más endeudada del mundo, y la caída de los precios plantea varias interrogantes sobre la viabilidad de estos proyectos y la sustentabilidad de sus finanzas.
Freno para los proyectos
Otra consecuencia del escenario de bajos precios del crudo es el impacto sobre las inversiones en países que requieren financiamiento externo, como México y Argentina, o que apuestan por campos no convencionales (off-shore), ya que la explotación de estos yacimientos es mucho más cara que la de los pozos convencionales.
En el caso de Argentina, la caída de precios puede ahuyentar la inversión privada en los yacimientos de Vaca Muerta, explotación que requiere un precio del petróleo ligero de entre US$ 90 y US$100 por barril, ya que con precios de US$ 84 los resultados económicos se vuelven marginales. La caída del commodity amenaza la inversión de US$ 250 millones que Petronas comprometió en un preacuerdo con YPF y que se espera cerrar antes de fin de año. Además, por contrato, cada año se define la inversión que el tándem YPF-Chevron realizan en Loma Campana y, hasta 2015, se acordó una inversión de US$ 1.600 millones para perforar 170 pozos. Sin embargo, si las petroleras estadounidenses ya han recortado la inversión en sus campos de shale en Norteamérica para el próximo año, podría esperarse que Chevron haga lo mismo en Argentina, lo que afectaría a los planes de YPF.
En Perú, pese al esfuerzo del gobierno por impulsar la licitación de pozos off-shore (en el mar peruano), que ya convocó y suspendió en 2013 por el escaso interés generado entre los inversionistas, de nuevo podría verse en riesgo ya que, a los precios actuales, sería menos atractiva la inversión.
La misma situación se produce en México, donde la caída del precio resta interés a las futuras licitaciones de los pozos off-shore en el Golfo de México, que son la pieza central de la reforma energética que está impulsando el gobierno.
De igual manera, la caída del precio impacta al desarrollo de pozos off-shore de Petrobras en Brasil ya que, por cada dólar menos, se reduce en US$ 900 millones las ventas de petróleo de la empresa, según Financial Times.