El gigante tecnológico estadounidense Microsoft anunció ayer que eliminará un máximo de 18.000 puestos de trabajo, en lo que supone la mayor ola de recortes en la historia de la compañía fundada por Bill Gates y Paul Allen.
El ajuste es consecuencia de la integración de Nokia en su estructura de negocio y está planteada para evitar duplicaciones.
La reducción de personal, que supone cerca del 14% de su fuerza de trabajo global, incluye 12.500 puestos administrativos y de fábrica en Nokia, afirmó en un comunicado. En tanto, en Microsoft, los recortes serán en ventas, marketing e ingeniería.
Asimismo, se espera que la reducción de personal esté completada hacia el 30 de junio del próximo año.
Además, de acuerdo a la firma, la reestructuración tendrá un costo de entre US$ 1.100 millones y US$ 1.600 millones en los próximos cuatro trimestres.
La cifra incluye entre US$ 750 y US$ 800 millones en indemnizaciones de despido y otros conceptos y otros US$ 350 a US$ 800 millones en cargos relacionados con sus activos.
El director ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella, que reemplazó a Steve Ballmer en febrero, está modificando la estructura de la compañía en un intento por competir con rivales más ágiles.
Así, Nadella necesita hacer de Microsoft un competidor más fuerte ante Google y Apple, que están dominando una nueva era centrada en la computación móvil.
“Difíciles,
pero necesarios”
En un correo electrónico enviado a los empleados, Nadella indicó que los “difíciles, pero necesarios” despidos son parte de un plan para adoptar una nueva dirección estratégica.
Microsoft completó la adquisición de la unidad telefónica de Nokia en abril, en una operación que ascendió a US$ 7.500 millones.
Los cortes han sido bien recibidos por Wall Street, que había sido crítico con la adquisición de Nokia.
“El número de recortes supone casi el doble de la cifra que esperaba la calle”, dijo Daniel Ives, analista de FBR Capital Markets. “Nadella está limpiando ´la cubierta´ ante el nuevo año fiscal. Está limpiando parte del desastre dejado por Ballmer”.
Denuncian traición
La operación, sin embargo, cayó como una bomba en Finlandia, hogar de la sede de Nokia. “Se puede decir que hemos sido traicionados”, se quejó el ministro de Hacienda, Antii Rinne. “Cuando el negocio se concretó, Microsoft dio la impresión de que estaba comprometido con Finlandia y con el ‘knowhow’ finlandés. Ahora parece que no va a ser de esa manera”, dijo el secretario de Estado.