Mayor competencia, cambios regulatorios y dudas por la sucesión amenazan a Samsung
Heredero del clan, Lee Jae Yong, tendrá dificultades para mantener la influencia de su padre y frenar las presiones de los demás accionistas por un mayor papel en la gestión.
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Samsung, el gigantesco conglomerado coreano fundado en 1938, comenzó a convertirse en una potencia global en los años ‘90. En esa década pasó a ser el mayor productor mundial de chips de memoria. En 1995 fabricó su primera pantalla de cristal líquido y diez años más tarde ya era el mayor productor de LCD del planeta. Y en el primer trimestre de 2012 la compañía asiática desplazó definitivamente a Nokia como el líder en la industria de smartphones.
Su meteórico ascenso, sin embargo, está ahora en riesgo, a medida que afronta complejos desafíos en varios frente. El patriarca del clan Lee Kun Hee, sufrió un infarto a comienzos de mayo, y permanece desde entonces internado en un hospital. Las dudas sobre su salud han generado nerviosismo sobre la estrategia de sucesión de la compañía, en momentos en que comienza a perder terreno en algunos de sus principales mercados. Pero lo más grave es que el presidente de Samsung Electronics no está en condiciones de defender al clan familiar de una creciente ofensiva entre las autoridades coreanas para reducir la influencia de los chaebols, como se conoce a los poderosos grupos industriales que representan gran parte del PIB del país y que están en el origen del modelo de desarrollo de Corea.
Sin conducción
Lee Kun Hee sucedió a su padre y fundador del grupo hace 27 años y fue él quien convirtió a Samsung desde un fabricante de productos de calidad razonable y precio económico a un líder global. Su liderazgo es especialmente necesario ahora, luego de que la firma anunciara a comienzos de julio resultados preliminares decepcionantes para el segundo trimestre. La compañía espera una caída de 24% en sus utilidades y de 10% en sus ingresos en lo que sería su peor desempeño en dos años, a medida que su smartphone Galaxy S5 ha visto una tibia recepción entre los consumidores. Samsung está perdiendo terreno ante el más antiguo iPhone 5 de Apple en el segmento superior, y ante rivales chinos más económicos como Xiaomi y Huawei, en el segmento inferior, al igual que en el negocio de los tablets.
Bajo presión
Si el patriarca familiar no puede retomar las riendas del negocio será responsabilidad de su hijo, Lee Jae Yong, hacer frente a estos desafíos, pero el heredero se ha mantenido hasta ahora a la sombra de su padre, y los analistas esperan que tendrá dificultades para mantener el mismo grado de influencia y detener las crecientes presiones de los accionistas externos por tener un mayor papel en la gestión de la compañía.
La familia Lee controla las 74 empresas del grupo por medio de una red de participaciones cruzadas, pese a poseer menos del 2% del total de acciones. “Samsung llegó a ser líder mundial sólo porque el presidente Lee pudo mantener el control de la gestión lejos de las influencias externas”, dijo a Bloomberg Kim Houng Yu, profesor de la Escuela de Administración Kyung Hee de Seúl.
Todo esto ocurre además en momentos en que crece el rechazo a la figura de los chaebols en Corea, y luego que la presidenta Park Geun Hye prohibiera nuevos holdings cruzados y ofreciera beneficios a cambio de simplificar sus actuales estructuras.