Luego de una larga batalla que se extendió por cuatro años y que involucró a dos de las familias más ricas de Francia, la denominada “guerra de las carteras” llegó a su fin con un acuerdo entre LVMH y Hermès.
Bajo el compromiso, LVMH –el principal grupo de lujo del mundo, controlado por Bernard Arnault, el hombre más acaudalado de Francia– aceptó ceder gran parte de su participación de 23,2% en Hermès a sus accionistas e inversionistas institucionales y a no adquirir acciones de esta firma durante cinco años.
Este proceso, que deberá estar completado el 20 de diciembre, dejará a Groupe Arnault –el conglomerado familiar del multimillonario– con una participación de 8,5%.
De esta manera, finalizan todas los litigios entre ambas empresas y se extingue la posibilidad de que LVMH pudiera hacer una oferta por toda la propiedad del fabricante de las exclusivas carteras Birkin y Kelly.
Axel Dumas, presidente ejecutivo de Hermès, y Arnault “expresan su satisfacción respecto de que las relaciones entre ambos grupos, representantes del saber hacer de Francia, ahora han sido restauradas”, declaró en un comunicado LVMH.
En 2010, el conglomerado que reúne marcas de moda como Christian Dior y Louis Vuitton, el coñac Hennessy cognac y la champaña Dom Perignon, reveló que había acumulado una participación de 17% en Hermès. La inversión se realizó a través de una serie de derivados en vez de compras directas de títulos, lo que evitó que se viera obligado a declararlos.
Enemigo interno
Hermès, uno de los últimos grandes grupos independientes franceses aún controlado por la familia fundadora, protestó contra tener a su archirrival como su mayor accionista externo.
Arnault había puesto su foco en la compañía por ser una de las marcas de lujo que mejor resiste las desaceleraciones económicas.
“Esto aclara la situación y es uno de los pocos divorcios en que ambos socios son ganadores”, comentó a Reuters Mario Ortelli, analista de bienes de lujo de Bernstein.