El grupo HSBC, el mayor banco de Europa por activos, eliminará alrededor de 25.000 puestos de trabajo en los próximos dos años y se desprenderá de las operaciones en Turquía y Brasil en un intento de realizar "una remodelación significativa" de su operación que restablezca el crecimiento de los beneficios.
El director ejecutivo de HSBC, Stuart Gulliver, indicó ayer que el plan estratégico hasta 2017 contempla una reducción de alrededor de 10% de la plantilla de trabajadores a tiempo completo, recortando entre 22.000 y 25.000 puestos.
La reestructuración incluye la desinversión en Turquía y Brasil, lo que reducirá 25.000 puestos de trabajo adicionales, elevando el recorte a 50.000 puestos al final del período, 19% de la plantilla actual de 266.000 trabajadores.
La mayor parte de los despidos se producirán por iniciativas como la banca digital y la automatización, y se eliminarán entre 7.000 y 8.000 puestos en la sede en Londres y en sucursales comerciales. La nueva oleada de despidos dejará al banco con alrededor de 208.000 empleados, frente a los 295.000 de fines de 2010.
Ahorro de costos
El plan presentado ayer por Gulliver, el segundo desde que asumió como CEO en 2011, pretende lograr un ahorro anual de entre US$ 4.500 y US$ 5.000 millones en 2017 simplificando la compañía y mejorando su desempeño financiero.
Para esto, el banco anunció un recorte de los activos ponderados por riesgo en al menos 25%, (unos
US$ 290.000 millones), además de acelerar la inversión en Asia, donde pretende aumentar su cuota de activos del 33% actual a más de 40%, entre otras medidas.
Por otra parte, indicó que a fines de año se decidirá si mover o no la sede central de Londres. En abril, el banco indicó que a causa de la política fiscal británica, podría trasladar su sede, probablemente de vuelta a Hong Kong.
El plan de Gulliver busca recuperar la confianza de los inversionistas en un banco golpeado por los escándalos, cargos legales y regulatorios y el incremento de los costos de cumplimiento y mayores requisitos de capital, y demostrar que el banco no es demasiado grande y difícil de manejar como para tener éxito.
Desde que es CEO, ha anunciado el recorte de más de 87.000 puestos de trabajo, ha salido de unos 78 negocios y reducido el número de países en que opera el banco en 15, a 73.
Salida de Brasil y Turquía
Según Gulliver, la decisión de salir de estas operaciones, de pequeño tamaño y bajo desempeño, muestra que "no son vacas sagradas".
La venta de las unidades de HSBC en Brasil y Turquía reducirá en US$ 110.000 millones los activos ponderados por riesgo. La unidad brasileña se vendería probablemente a Bradesco, por entre US$ 3.200 millones y US$ 4.000 millones, señalaron a Bloomberg fuentes cercanas.
Bradesco, el segundo mayor banco privado de Brasil por activos, podría integrar el negocio a precio más bajo que una firma extranjera como el Banco Santander, que también ha realizado una oferta y sería el siguiente comprador más probable.
La entidad tiene previsto "mantener su presencia en Brasil para servir a los grandes clientes corporativos en referencia a sus necesidades internacionales".
