Por Belén López-Palop
El día D llegó y no hubo acuerdo para refinanciar la deuda de casi 1.000 millones de euros (US$ 1.296 millones) de la empresaria española Esther Koplowitz. El 15 de septiembre finalizó el plazo que Bankia y BBVA habían dado a la mayor accionista de FCC -con un 50,1% del capital- para pactar una salida, lo que supone que el crédito habría entrado en default.
Sin embargo, los bancos aún no ejecutarán las garantías del crédito. Koplowitz dispone así de un plazo de 90 días antes de que las entidades financieras declaren el crédito moroso y se queden con las acciones de la mayor constructora de España, garantía principal del préstamo.
La semana pasada, la empresaria señaló a través de B-1998, vehículo a través del que controla FCC, que la banca no ha considerado necesario ejecutar el crédito porque el acuerdo está próximo.
En el mercado, sin embargo, prevén que será a costa de ceder buena parte del capital de FCC, perdiendo así la condición de accionista mayoritaria.
Buscar opciones
En el entorno de Esther Koplowitz, una de las mayores fortunas de España, aseguran que existen varias fórmulas para que la empresaria salga del atolladero financiero.
Una de las opciones que se baraja es que Koplowitz venda a los acreedores los derechos de suscripción de la próxima ampliación de FCC. La refinanciación de Esther Koplowitz es clave para que arranque la ampliación de capital de la firma destinada a amortizar anticipadamente el tramo B de un préstamo de 1.300 millones de euros.
La compañía contrató a Santander, JPMorgan y Morgan Stanley para realizar la operación. Además, al cancelar esa deuda, FCC podría pensar seriamente en recuperar el pago de dividendo a sus accionistas, suspendido desde 2012.
Otra posibilidad sería que encuentre un inversionista dispuesto a inyectar fondos en B-1998. La ejecutiva negoció en julio con el multimillonario George Soros como posible comprador de parte de su deuda personal, pero las negociaciones se rompieron en el último momento porque el inversionista y filántropo “tensó mucho la cuerda”, afirmaron fuentes cercanas citadas por Expansión. En diciembre de 2013, Soros ya había comprado 3,8% de FCC, convirtiéndose en el segundo accionista de renombre internacional que desembarcaba en la empresa después del fundador de Microsoft, Bill Gates (5,8%).
Portland también en problemas
En principio, los fondos que FCC reúna en la ampliación se utilizarán para cancelar deuda corporativa, aunque no se descarta que un porcentaje se destine a ayudar a Portland Valderrivas. Y es que a la encrucijada financiera que afronta FCC se suma los problemas de su filial Portland.
La cementera afronta un vencimiento de 1.000 millones de euros, pero parte de esa deuda ya está en manos de fondos buitre, lo que complica la operación. En julio, tuvo que haber atendido un pago de 20 millones de euros, pero el sector bancario le dio un “waiver” hasta finales de este mes, momento en que tendrá que desembolsar 50 millones de euros que, en principio, deberá nuevamente aportar FCC.
Familia de empresarios
Esther Koplowitz y Romero de Juseu y Armenteros y su hermana Alicia son hijas de un empresario alemán de origen judío que llegó a España escapando del terror nazi en la década de 1930, y de Esther Romero de Juseu y Armenteros, una rica heredera cubana, hija de la marquesa de Casa Peñalver.
Ernst Koplowitz adquirió una pequeña empresa constructora a la que cambió el nombre por Construcciones y Contratas (Cycsa). En 1992, Cycsa y Focsa, otro de los negocios del grupo, se fusionan formando FCC, la empresa más importante del sector en España.