California está atravesando la peor sequía de su historia y la NASA advirtió recientemente que el estado podría tener reservas hídricas tan sólo para un año más. En medio de este sombrío panorama, Nestlé está enfrentando fuertes protestas de los consumidores en ese estado contra su agua embotellada.
Grupos de manifestantes han bloqueado la entrada de la planta de embotellamiento, obligando a la compañía suiza a detener el ingreso y salida de camiones. Y más de 82 mil personas han firmado una petición para que Nestlé deje de extraer agua de un manantial del sur del estado.
"Es la peor sequía vista en mucho tiempo, y es una irresponsabilidad por parte del estado permitir a Nestlé embotellar agua que se supone que es un recurso público", dijo Adam Scow, director de Food & Water Watch en California, una organización sin fines de lucro. "Estamos pidiendo una moratoria en el embotellado de agua para beneficio privado".
Mientras Starbucks anunció a principios de mes que dejaría de abastecerse en California para elaborar su agua Ethos y trasladará su producción a Pensilvania, Nestlé, el mayor embotellador de agua de EEUU, se resiste a abandonar sus instalaciones y apunta a otros responsables, como la agricultura y la ganadería. Producir un kilo de carne requiere miles de litros de agua, y mejores prácticas de riego tienen un mayor potencial de ahorro, defiende José López, jefe de operaciones de Nestlé.
La compañía consume 4 millones de metros cúbicos de agua, lo que representa menos de 0,008% del uso total de California. "El agua embotellada es un blanco fácil. Está cerca y tiene una marca. El agua es un tema muy emocional", explica el ejecutivo.
Cobrar por un recurso que fluye prácticamente gratis por las cañerías y que está en peligro de agotarse no es una idea fácil de defender, pero López asegura que los cambios en el desarrollo de las ciudades han convertido al producto que ellos venden en un servicio esencial. "La hidratación es algo absolutamente necesario. La razón por la que existe el agua embotellada es por la urbanización. Las personas se mueven y la infraestructura no les permite abastecerse de agua en todos los puntos".
El plan de la firma
Para hacer frente a las críticas, Nestlé planea invertir millones de dólares para convertir el agua de desecho de la leche que produce en un líquido que pueda ser utilizado para limpiar sus fábricas, y de paso su imagen corporativa.
Instalará nuevos sistemas de filtrado en la planta de Modesto, a 145 kilómetros al este de San Francisco, para reutilizar los desechos de la elaboración de su leche condensada Carnation en lugar de vaciarlos al drenaje.
El líquido tratado se usará para limpieza y enfriamiento en lugar del agua dulce local, según López.
La remodelación de US$ 7 millones de la fábrica de Carnation reducirá el consumo de agua en un 71% cuando se complete la primera etapa el próximo año, detalló el ejecutivo.
La planta ahorrará unos 238 millones de litros por año, el equivalente al 9% del agua que usa Nestlé en el estado para producir bajo las marcas Arrowhead y Pure Life.
Estas obras forman parte de un plan más amplio de la empresa suiza para reducir la cantidad de agua que utiliza en todo el mundo en 40% para fines de 2015.