Pescanova fue capaz de librarse de sus propias redescuando en mayo superó uno de los mayores concursos de acreedores de España con una deuda de 3.600 millones de euros (US$ 4.893 millones) y en tiempo récord, apenas un año después de presentarlo.
Pero en ese tiempo, el proceso ha estado a punto de hacer aguas amenazado por el frente judicial –con varias demandas penales y civiles en curso–, por la complejidad de su negocio –al operar en todo el mundo con cerca de 200 filiales– y por el agujero financiero que dejó el ex presidente Manuel Fernández de Sousa.
Crédito urgente
Con su entrada en concurso de acreedores Pescanova paralizaba el pago de deuda, pero se asomaba al abismo asfixiada por la falta de liquidez. Los bancos (Sabadell, Popular, Abanca –antigua NCG–, Bankia, CaixaBank, BBVA, Santander y UBI Banca), que actuaron en todo el proceso asesorados por KPMG, apostaron por el mantenimiento íntegro de la compañía cuando aportaron 56 millones de euros en un crédito urgente. Pusieron dinero los ocho bancos, desde el nacionalizado NCG, al italiano UBI que renovaba la línea de fáctoring, o el Santander, que había dejado de dar crédito a la Pescanova presidida por Manuel Fernández de Sousa, aunque este banco finalmente se desprendió de su deuda. Ninguno de los accionistas arrimó el hombro entonces, salvo la Xunta de Galicia que tiene una mínima participación en una filial. Con ese crédito, Pescanova pudo mantener su negocio los meses del concurso y, más importante, evitar un desmembramiento.
Salida de directivos
La marcha forzosa de Sousa, que controlaba cada filial y sociedad pantalla, supuso otro salto al vacío. En el día a día “fue vital la contribución de los directivos de segundo nivel”, aseguran fuentes conocedoras de la situación y resaltan el ingente trabajo que supuso “desenredar la deuda real y la maraña de garantías y avales de la banca en cada sociedad, porque habían prestado dinero bancos de todo el mundo, en Latinoamérica, Australia o Asia y todo con estructuras muy cruzadas” .
Sin socio industrial
Una vez estabilizado el barco y sus filiales internacionales, se abrió el baile con futuros socios industriales. Los accionistas Damm y Luxempart lideraron una propuesta, apoyada por el presidente Juan Manuel Urgoiti, pero no proprosperó. La banca apostó en solitario por la compañía sin un socio: “No hay jugadores internacionales que complementen a la compañía y sólo se ha hablado con dos empresas”, aseguran fuentes cercanas al proceso. Los bancos, además, se vieron beneficiados por la nueva regulación concursal que facilita la capitalización de deuda y la liberación de provisiones.
Jugosos créditos fiscales
Ahora que Sabadell, Popular, Abanca, CaixaBank, Bankia, BBVA y UBI están tomando el timón de la pesquera, queda un escollo con Hacienda. Pescanova tendría que afrontar una carga fiscal elevada por la quita del 90% sobre la deuda (3.600 millones de deuda concursal), pero con las pérdidas afloradas en los tres últimos ejercicios (1.231 millones en total) ha generado créditos fiscales suficientes. El informe de cuentas de 2013 refleja bases imponibles negativas en el Impuesto de Sociedades por 190,2 millones.
Cartesian amenaza con acción social de responsabilidad
El fondo Cartesian, que tiene un 5% de Pescanova a través de Silicon Metals Holding, se reserva ejercer una acción social de responsabilidad subsidiaria –al rechazar el martes en la junta
de accionistas esta propuesta– contra el consejo de administración que presidía Manuel Fernández de Sousa y que capitaneaba Juan Manuel Urgoiti. Gregory Armstrong, directivo de Cartesian, aseguró, durante la junta de accionistas, sentirse "frustrado por la falta de información y transparencia" en la compañía. El fondo también vio rechazada su propuesta de designar un quinto consejero en representación de los accionistas minoritarios que, a través de distintas intervenciones,
se lamentaron de la pérdida de su inversión.
Fernando Herce, que ejerció como presidente de la junta, avanzó que el consejo podrá emprender acciones legales de resarcimiento contra la acción de Cartesian que calificó de "abuso de derecho".
Los siguientes pasos de la compañía
• La compañía, con un consejo integrado por Alejandro Legarda, Fernando Herce, Diego Fontán y César Mata, ha pedido preconcurso para la mayoría de las filiales españolas que están en situación de insolvencia.
• En el último trimestre del año se convocará otra junta de accionistas que deberá aprobar la reestructuración societaria: traspasar activos y negocio a Nueva Pescanova. Se efectuará una ampliación de capital tras una previa reducción a cero.
• Para los actuales accionistas se reserva un 10% de Nueva Pescanova. La banca tomará el control de la pesquera.