Amazon, el mayor retailer on-line del mundo, ha sido llamado “la tienda de todas las cosas” debido a su enorme escala. Pero Amazon requiere esa escala precisamente porque su modelo de negocio está basado en márgenes sumamente estrechos. De los US$ 19.700 millones en ingresos que registró en el primer trimestre, sólo generó utilidades por US$ 108 millones. Eso significa que por cada dólar vendido, ganó menos de un centavo. Y la tendencia sigue profundizándose. Los márgenes operacionales cayeron a 0,7% en los primeros tres meses de este año, desde 1,1% en el mismo período de 2013.
Consciente de la presión, el director ejecutivo Jeff Bezos, se ha embarcado en una ola de gastos, para diversificar el negocio hacia nuevos sectores, que sean más rentables, con apuestas en el mercado de abarrotes, servicio de streaming de películas y música, equipos de telefonía móvil y ventas a través de redes sociales.
Mientras que los ingresos del primer trimestre aumentaron 23%, los gastos crecieron en la misma proporción. “Amazon sigue gastando como un marino borracho”, comentó a Bloomberg Gene Munster, analista de Piper Jaffray.
Algunas de estas incursiones lo han llevado a expandirse en áreas donde los márgenes también son acotados, como su e-reader Kindel, y ahora, un nuevo smartphone llamado Fire, pero Bezos no está apostando a estos mercados por sí mismos, sino por la capacidad que tendrían de atraer más flujo de ventas hacia el negocio principal.
La campaña por incrementar sus márgenes también lo ha llevado a un duro enfrentamiento con las casas editoriales. Con 60% del mercado de libros electrónicos y 30% del mercado de libros físicos, Amazon está usando su enorme poder de negociación para empujar a sus socios a recortar sus precios.
Nuevos horizontes
Amazon está tratando de sacar ventaja de los hábitos de compra impulsiva de los usuarios de las redes sociales.
Para ello firmó en mayo un acuerdo con Twitter para incorporar al sitio de Internet una herramienta que permite a los cibernáutas comprar directamente desde los posteos en la red de microblogging.
Asimismo, ha incorporado música en streaming sin comerciales con más de un millón de canciones, en un intento por competir contra Apple, Spotify y Pandora. Primer Music, como se denomina el servicio, está disponible para los suscriptores del programa ilimitado Prime por US$ 99 al año.
La medida refleja el reconocimiento de Amazon al potencial de la industria de música online, donde los consumidores pagan por acceder a las canciones en vez de por tenerlas.
La firma encabezada por Bezos sorprendió al mercado al anunciar a mediados de junio el lanzamiento de Fire, su primer smartphone. Aunque Amazon está llegando tarde a un mercado que ya está copado por Apple y Samsung, Bezos no pretende convertirse en un líder en el negocio de equipos móviles. Pero, contar con su propio teléfono le permitirá incluir directamente en el equipo una serie de aplicaciones y funciones que dirijan más flujo hacia su negocio de ventas on line.
Amazon se está expandiendo también en el negocio de abarrotes, con un servicio de reparto a domicilio en un día, desatando una dura batalla con Walmart. AmazonFresh partió como un programa piloto en 2005, pero en diciembre de 2013 se extendió a San Francisco, la tercera ciudad en EEUU, y un mes antes firmó un acuerdo con el servicio postal para ampliar los repartos los domingos.
La última gran novedad de Amazon es el lanzamiento de su tarifa plana de libros electrónicos, la semana pasada. El nuevo modelo de suscripción de lectura de Amazon ofrece acceso a 600.000 libros por US$ 9,99 al mes.
Sopa de letras
La necesidad de cuidar los márgenes ha empujado a la compañía a una dura confrontación con las editoriales. Para presionar a la casa francesa Hachette a aceptar un recorte, la firma está bloqueando los pedidos anticipados de los clientes por libros como “The Silkworm”, de J. K. Rowling.
Lo mismo ha ocurrido con su servicio de películas, donde no está recibiendo pedidos preliminares por películas de Warner Bros. hasta que el estudio acceda a sus condiciones.
El último golpe en esta batalla llegó la semana pasada cuando Amazon ofreció dar a los escritores atrapados en la disputa con Hachette la totalidad de los ingresos de la venta, saltándose de esta forma a la casa editorial.