Tierras Raras en Penco: seis árboles que no vio la empresa frustran inversión de US$ 130 millones
La compañía señaló que trabaja en los cambios del proyecto para volver a presentar un nuevo EIA lo antes posible.
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Aunque Minera Aclara detectó en la zona de Penco más de medio millón de árboles -en su gran mayoría, pinos y eucaliptus-, entre ellos, 470 queules, 46 pitaos y 90 naranjillos, le faltó encontrar seis especímenes de citronella mucronata (naranjillo). Por estos seis árboles el Sistema de Evaluación Ambiental (SEA) de Biobío, acogiendo la solicitud de Conaf, puso término anticipado a la tramitación del proyecto de Tierras Raras, que implica una inversión de US$ 130 millones en su fase inicial y que es seguido con atención por todo el mundo por su carácter estratégico.
Minera Aclara, la titular del proyecto y listada en la Bolsa de Toronto, se declaró estupefacta por la decisión, sobre todo porque la nueva línea base del proyecto siguió las guías publicadas por el SEA.
Ramón Barúa, CEO de Aclara, comentó: “Estamos sorprendidos y decepcionados por la decisión del SEA de terminar el proceso de evaluación de forma temprana. Nuestro proyecto propone una forma innovadora de extraer minerales, asumiendo un alto nivel de responsabilidad con el medio ambiente y desarrollando un compromiso muy activo con la comunidad local. Creemos que las observaciones iniciales planteadas por Conaf pueden ser abordadas por nuestro equipo, que ya está trabajando para realizar las modificaciones necesarias y volver a presentar un nuevo Estudio de Impacto Ambiental lo antes posible”.
Barúa agregó que “seguimos creyendo que nuestro proyecto es un aporte significativo para Penco, la Región del Biobío, Chile y nuestro planeta. El área donde se ubica el proyecto se encuentra intervenida por la industria forestal y un relleno sanitario. Hemos presentado un proceso único que no requiere explosivos, molienda ni chancado, que sólo usará agua reciclada. No generamos residuos industriales líquidos ni relaves”.
Quien tomó la decisión de terminar el trámite ambiental fue la directora del SEA Biobío, Silvana Suanes. Consultada al respecto, se remitió a la dirección nacional del servicio, donde se respondió que: “esta decisión se tomó en la Dirección Regional del SEA del Biobío, en el uso de sus facultades legales. Los fundamentos técnicos y jurídicos de la resolución de término anticipado se expresan en sus considerandos. Todos los antecedentes de la evaluación de impacto ambiental son públicos y están disponibles”.
Falta de sintonía
El presidente de CPC Biobío, Álvaro Ananías, hizo ver que la moción de bajar la iniciativa es excesiva, toda vez que es sólo un árbol de naranjillo que está en una zona complicada.
“En vez de hacer la observación sobre este tema para tomar acciones, porque efectivamente el proyecto no vio este árbol en esa ubicación, se da de baja el proyecto en forma anticipada. Insisto, es un árbol”, explicó.
“Este proyecto es la primera planta de tierras raras del mundo con producción sostenible, porque la mayoría existen en China donde usan ácidos explosivos, generan relaves, no hay reutilización de agua. Es un proyecto innovador, que ha sido premiado por ello”, resaltó el dirigente empresarial.
Enfatizó la mala señal que esta decisión le entrega a los inversionistas. “Tienes al ministro de Hacienda (Mario Marcel) viajando a Estados Unidos y a Canadá, de donde es esta minera, intentando atraer la inversión extranjera y mire lo que pasa aquí”, resaltó.
Álvaro Ananías sostuvo que “hay una falta de sintonía entre lo que el ministro de Hacienda está diciendo afuera y lo que las instituciones del Estado están haciendo aquí”. El dirigente también advirtió que el Consejo Regional el pasado viernes 30 de junio emitió un rechazo “político” a la iniciativa y “coicidentemente” el SEA adopta una resolución drástica, no dando a la empresa opción de adecuar el proyecto.
Impacto económico
Tomás Flores, exsubsecretario de Economía y académico de la Universidad Bernardo O’Higgins, hizo un estudio sobre el impacto de esta inversión en la economía.
Para empezar, indica que el efecto en el empleo es enorme, ya que en su fase de construcción el proyecto requerirá un plantel de 400 trabajadores, que suben a 600 en el peak del proceso, en tanto que para la etapa de operación se estima del orden de 350 personas. Indirectamente, se trata de otros 2.200 fuentes de trabajo, equivalente al 37% de la población ocupada en construcción de la provincia de Penco.
La inversión tiene un impacto -medido de acuerdo a la metodología del Banco Central- por un monto de US$ 260 millones. A nivel productivo, inicialmente el proyecto considera 600 hectáreas, pero se vislumbra un potencial de extracción de tierras raras en una superficie que asciende a un total de 200 mil hectáreas en Chile, por lo que la inversión inicial se puede multiplicar por 300 veces, es decir, unos US$ 39.000 millones.