Un informe de 44 páginas bloqueó cualquier posibilidad de acuerdo en el corto plazo en el arbitraje que mantiene Corfo con SQM.
Esto, porque el consejo directivo de la estatal –presidido por el ministro Luis Felipe Céspedes- votó por unanimidad no aprobar la propuesta que el juez árbitro Héctor Humeres les hizo para terminar con el diferendo que comenzó formalmente el 16 de mayo de 2014.
Según el documento, para cerrar el conflicto, Humeres establecía el pago de una suma única y total por US$ 17,1 millones, con pago diferido hasta marzo de 2018, por parte de SQM. Esto, además de perfeccionar el contrato de arrendamiento en disputa de las operaciones en el Salar de Atacama.
Corfo propuso al consejo rechazar las bases de conciliación y continuar con el procedimiento hasta que se dicte el fallo; además de iniciar de inmediato estudios para solicitar el término anticipado del contrato madre que sustentan la operación en el Salar, y crear un Comité Corfo que administre, planifique y desarrolle la minería no metálica.
Esto a la espera de la próxima audiencia de conciliación que se realizará el próximo 9 de julio.
Los fundamentos
Cuatro son los fundamentos de la estatal para negarse a llegar a un acuerdo en la etapa de conciliación con la firma controlada por Julio Ponce.
Primero, porque dice que SQM se negó a modificar el equilibrio económico del contrato, especialmente en la modificación de las tasas aplicables al litio y potasio.
Además, dice que hay riesgos operacionales y de gobierno corporativo a raíz de la situación de SQM.
En tercer lugar, acusa a la minera de incumplimientos éticos y contractuales y, finalmente, también de fallas “graves” en la gestión del contrato.
Por ejemplo, especifica que la empresa ha tomado medidas para hacer inviable una licitación competitiva del salar a futuro, especialmente porque tiene derechos de agua en terrenos superficiales en torno al área arrendada a Corfo.
Esto -según el documento- limitaría “fuertemente la incorporación de terceros una vez terminado el contrato de arrendamiento”.
Agrega que SQM tiene 286 litros por segundo aprobados por la DGA y utiliza sólo el 50%.
Además, la acusa de realizar ventas a empresas relacionadas a precios menores que de mercado, así como entrega de información insuficiente y tener un comportamiento hostil, al pedir concesiones de exploración hacia los bordes de las pertenencias del arriendo y que se superponen.
También cuestiona asimetría de información entre ambas partes -lo que en definitiva trae problemas para monitorear el cumplimiento del contrato-, pero que además se ha “abusado” de esto.
Para justificar lo anterior, Corfo señala que en 1998 SQM propuso anticipar el 100% de los pagos por concepto de arrendamiento hasta el año 2060, con un pago de
US$ 16,7 millones, monto que tras algunas negociaciones llegó a US$ 25,3 millones. Hoy el contrato genera pagos anuales en torno a los US$ 24 millones.
Con todo, en la industria explican que esta negativa no implica el fin del proceso de arbitraje, el que podría extenderse a lo menos por un año más.
Incluso, algunos reconocen que para el gobierno hoy es complejo cerrar un acuerdo con la minera, por todo el protagonismo que ha tenido respecto de la aparición de platas políticas y el financiamiento de campañas.
Por eso, hay quienes creen que podrían pasar varios meses más antes de que se conozca una solución.
Origen
Se estima que entre el 60% y 75% de las ventas de SQM dependen de los productos extraídos en el contrato que mantienen con Corfo. En 2014, la minera tuvo ingresos por US$ 2.014,2 millones.
El contrato se firmó en 1993 y establece el arrendamiento de 28.054 pertenencias mineras, para comercializar sales de potasio, ácido bórico, productos de litio y cualquier otra sustancia que pudiera explotarse del Salar de Atacama.
El contrato vence el 31 de diciembre de 2030 y, según una autorización dada por la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CChEN), se pueden extraer litio por 180.100 toneladas, lo que a la tasa actual de explotación, se alcanzaría en 2022.
En ese contrato se establecen los métodos de cobro sobre los distintos productos que se extraen.
ACTIVO CLAVE
La operación en el Salar de Atacama es clave para SQM. Según el documento de Corfo, entre el 60% y el 75% de las ventas se atribuyen a los beneficios de este contrato. El año pasado, SQM obtuvo ingresos por venta de litio de US$ 206,8 millones y por productos de potasio sumó US$ 584,3 millones. Con esto, SQM ha logrado tener una participación de 27% -medido en volumendel mercado del litio, así como el 2% en el cloruro de potasio y el 49% en el nitrato de potasio en 2014.