Los analistas siguen sacando conclusiones ante una eventual pérdida de la concesión del SQM del Salar de Atacama.
Esto porque luego de que JP Morgan redujera el precio objetivo del ADR en 57% en caso de producirse la pérdida del contrato, Humphreys (que le asigna una baja probabilidad de ocurrencia al hecho) proyectó que los ingresos bajarían un 39%, en tanto que los costos se reducirían en un porcentaje levemente inferior.
Por otra parte, explicaron que en el escenario central de proyección, donde se asume la mantención del nivel total de gastos de la sociedad, el Ebitda se situaría en el rango de los US$ 450 millones anuales, en tanto que su Flujo de Caja de Largo Plazo (FCLP) de la podría caer a niveles de US$ 300 millones.
"Tomando como base los EEFF (estados financieros) a diciembre de 2014, el indicador DF sobre FCLP pasaría de 2,3 veces a 6,2 veces (implícitamente se asume que se refinancian las amortizaciones que median entre 2014 y la fecha en que se terminaría el contrato)", expusieron en su informe.
Asimismo, según proyectaron, con la nueva estimación, si bien los flujos de la compañía muestran una reducida holgura respecto a los vencimientos de la deuda financiera, todavía serían suficientes para hacer frente a los pagos de las obligaciones.
Bonos
En lo que respecta a la clasificación de la línea de bonos de Sociedad Química y Minera de Chile, Humphreys los mantuvo en "A+", mientras que estos eventuales nuevos ratios "implicarían que los títulos de deuda de la sociedad calificarían, lo más probable, en el rango de las categorías BBB (puede ser BBB+, BBB o BBB-), manteniéndose el grado de inversión", concluyeron.