Por Alejandra Clavería
Con el fin de hacer más eficiente el uso del recurso hídrico ante posibles escenarios de sequía, Viña Montes, a partir del segundo semestre implementará una iniciativa para reducir al mínimo el consumo de agua destinado al riego de sus cultivos, mediante un monitoreo permanente de las vides que incluirá la toma de temperatura y presión de las hojas para no dañar las plantaciones.
El proyecto, que se realiza con el apoyo de Conicyt gracias a una inversión conjunta de $ 65 millones, permitirá a la empresa tomar decisiones de riego con mayor precisión. Sus conclusiones serán luego compartidas con toda la industria, incluyendo a pequeños productores que quieran concretar estos mismos propósitos.
Para Gabriela Negrete, encargada de Sustentabilidad de Viña Montes, “este tipo de estudios tiene un alto valor para los viticultores y ayuda a divulgar también la conciencia medioambiental dentro del sector. Si logramos un 15% de ahorro de agua ya quedamos satisfechos pues este es un recurso escaso y cualquier reducción en su uso es importante”. La investigación se suma a un sondeo previo que la compañía ejecutó en conjunto con InnovaChile de Corfo, con una inversión total de
$ 125 millones, y mediante el cual se evaluaron distintas alternativas para lograr el menor consumo de agua posible, sin afectar la madurez de la uva y la calidad de los vinos.
A partir de junio, la compañía desarrollará además un programa piloto que busca controlar biológicamente los viñedos, mediante la introducción de un enemigo natural, a fin de disminuir plagas y el uso de pesticidas en el mediano plazo.
Menos carbono
Además de estas iniciativas, Viña Montes ha estado implementando una serie de medidas para reducir su huella de carbono, entre ellas la construcción de una nueva bodega en el sector de Chimbarongo, equipada con paneles solares, central de frío polivalente, cubas de hormigón y un sistema de tratamiento de riles; y la implementación de botellas de ecoglass, 15% más livianas que las tradicionales.
“Si hubiésemos seguido usando las antiguas botellas habríamos generado 44 toneladas de CO2 al año. Este cambio generó un beneficio equivalente a plantar 500 árboles de coigüe”, detalla Negrete.
Finalmente, la empresa realizó un estudio de compensación de carbono de bosque nativo para medir la cantidad de CO2 que producen las especies.