En el marco del Faculty Summit 2014, organizado por Microsoft Research en Viña del Mar, el área de innovación e investigación académica de la multinacional tecnológica, se debatió, entre otras cosas, en torno al problema de la acumulación de información y la necesidad de crear soluciones específicas. También se enfatizó en la importancia -para la comunidad científica- de contar con un soporte universal que garantice la globalización de los conocimientos y el traspaso de información.
“ La inclusión de las nuevas tecnologías logra que el estudio general en cualquier materia sea más exacto e inclusivo”, sostiene el vice-presidente de Microsoft Research, Tony Hey.
De allí que la generación de tecnología para la astronomía se vuelva clave y, particularmente, para Chile, que cuenta con condiciones privilegiadas para la observación astronómica. “Chile posee tradición astronómica, lo que hace que la instalación de proyectos ligados a estas áreas sea más sencilla y a su vez también, genera interés en centros de estudios que trabajan ligadamente en la creación de nuevas tecnologías para este campo”, comenta Juan Cortés, astrónomo del equipo estable de ALMA.
Demandas y oportunidades
Los desafíos en el campo de la astronomía son variados y abarcan desde toma de muestras, hasta el envío de información de un país a otro. En este punto, Douglas Roberts, astrónomo y profesor de la Universidad de Northwestern, considera que la transferencia de conocimiento es una de las principales dificultades, donde la gran cantidad de información que se genera en observatorios como ALMA, no es posible de globalizar. “El verdadero problema se focaliza al realizar el traspaso de la información de una sede a otra, que hoy es lento y complicado”, explica Roberts.
En el caso del correlador de ALMA, el computador que logra la fusión y combinación de los datos, equivale al poder de 3.000.000 de notebooks trabajando simultáneamente, según cifras entregadas por Cortés. Esta “gran calculadora”, como la define el astrónomo, consume 90 KW de energía y genera información constantemente, generando grandes volúmenes de datos.
El observatorio ALMA, emplazado en la Tercera Región, se une a esta corriente, convocando a concursos a distintos centros de estudio y universidades del mundo, teniendo Chile una importante injerencia, tanto en investigación como en tecnología.
Tecnologías para ALMA
Hasta ahora, las universidades han sido las más activas en el desarrollo de tecnología para la astronomía, las que han apostado por soluciones de almacenamiento, software y óptica, entre otras.
Una de las tecnologías más importantes desarrollada para ALMA es el Proyecto de Conjunto en Software, una plataforma orientada al procesamiento de datos y uso de instrumentos astronómicos a partir de datos públicos generados por el observatorio. Detrás de esta iniciativa, financiada por Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef), están las universidades Católica, de Chile, Santa María, Concepción y de Santiago de Chile. El proyecto, busca incrementar la capacidad de almacenaje y procesamiento de datos y crear un observatorio virtual chileno.
Eduardo Hardy, coordinador del área norteamericana de ALMA, comenta que la Universidad de Chile, con la colaboración de estudiantes del nuevo Doctorado en Ingeniería Eléctrica con especialización en Instrumentación Astronómica, está elaborando un prototipo de cartucho de Banda 1 con un rango de frecuencia de 31-45 GHz que permite captar las ondas de mayor longitud. Éste forma parte de las diez bandas milimétricas y submilimétricas que conforman un receptor o antena del proyecto ALMA. Además, la institución desempeña un papel activo en el desarrollo y puesta en marcha de instrumentos para la Banda 5.
La Universidad Católica, en tanto, a través del Centro de Astro-Ingeniería, ha centrado su trabajo en la óptica adaptativa a través de la creación de un láser que corrige errores para obtener información clara y detallada respecto a la composición dinámica de los astros. A ello, se suma la creación de cámaras y espectrógrafos de alta resolución, que han permitido detectar planetas fuera del sistema solar, galaxias o la radiación emitida por el Big Bang.
Por su parte, la Universidad de Concepción, participa en la puesta en marcha del Proyecto de Sincronización de ALMA, una iniciativa financiada por la Fundación Nacional de Ciencias de EEUU, el socio norteamericano de este observatorio.
La Universidad Federico Santa María, además de aportar en el proyecto informático de ALMA, financió el diseño y construcción de modelos en miniatura robotizados de las antenas y los camiones transportadores para la empresa internacional LEGO.