Por Constanza Villegas C.
La industria del plástico, que en 2011 facturó en Chile más de
US$ 3 mil millones, ha innovado en la mejora de sus compuestos para apuntar a la sustentabilidad, captar mercados externos y lograr mayor eficiencia.
“El plástico es un elemento que, por sus características, siempre va a ir innovando en todo tipo de actividades”, explica Pablo Escobar, presidente de la Asociación Gremial de la Industria del Plástico (Asipla).
Si bien la mayor cantidad de innovaciones provienen del extranjero, también hay desarrollos locales. Están las empresas del sector que investigan nuevos compuestos y, desde el año pasado, está operando el laboratorio de fabricación de materiales de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), que está trabajando en nuevas aleaciones del plástico, entre otros.
Compuestos y usos
Uno de los grandes avances de esta industria está en los envases activos, utilizados por el sector frutícola. Estos modifican la atmósfera, poseen agentes anti patógenos y además son antioxidantes, por lo que la fruta se conserva mejor. Escobar señala que este desarrollo tiene un alto impacto económico porque la pérdida por maduración es mucho menor. “Antes, la merma era de 10% y hoy es practicamente cero”, sostiene.
A pesar de que llevan casi una década en el mercado, los materiales compuestos con nano partículas de cobre han ido progresando para cumplir con los requisitos de la industria salmonera. Esta innovación se utiliza para las redes de contención de peces, “evitando que se impregnen de algas y moluscos”, explica Mariela Formas, gerente general de Asipla.
Envases con resinas de alta barrera
Con el objetivo de que los alimentos estuvieran protegidos de los agentes externos, pudiendo permanecer más tiempo sin refrigeración, Edelpa incorporó los nanocompuestos a su producción. Aunque no se trata de un desarrollo propio (son importados), la compañía especializada en envases flexibles los ha mezclado con el polietileno, generando así un material más hermético, ya que los nanocompuestos son resinas de “alta barrera”. “Con sus pequeñas cadenas moleculares, permiten que un plástico tradicional ahora tenga propiedades de barrera”, explica Óscar Jaime, gerente general de Edelpa.
La firma espera que materiales como hojalata, vidrio o aluminio, tradicionalmente usados para proteger los alimentos, sean reemplazados por estos envases. La demanda por estos productos representa un 8% de la producción de la empresa, que en 2011 facturó US$ 100 millones, pues los mercados están requiriendo menor adición de preservantes en los alimentos y que, en cambio, su duración se determine por el envase, explica el ejecutivo.
Conservación de frutas
Con la visión de satisfacer los exigentes mercados extranjeros respecto al envasado de frutas, Quimas, empresa que fabrica soluciones para packing, comenzó a elaborar SmartPac, un film que contiene una sustancia activa que ayuda a prolongar el tiempo de post cosecha de uvas de mesa y arándanos.
Además de sus características fungicidas y antioxidantes,
SmartPac responde a un concepto de embalaje requerido por mercados ingleses. “Los que nos impulsaron a realizar este producto fueron los clientes finales, especialmente cadenas de supermercados de Inglaterra que buscan soluciones que impliquen menor uso de packaging”, explica Andrés de Witt, gerente general de Quimas, quien además sostiene que estos envases permiten ahorrar un 15% en costos operacionales.
Quimas, que vendió 4 millones de unidades en 2011, provee a 10 empresas chilenas y exporta a Sudáfrica, Brasil, Egipto y EEUU.
Envases reutilizables
Apuntando a un cambio en el diseño, reutilización y reciclaje de envases de alimentos, Fosko, empresa especializada en el método de inyección del plástico, ha innovado para captar la atención del consumidor final.
Creó envases con una pared delgada de polipropileno, que van adheridos a una etiqueta del mismo material, por lo que no se pueden despegar.
“La tecnología que utilizamos está en envases que protegen los productos, tales como margarinas o helados”, explica Juan Milstein, vicepresidente ejecutivo de Fosko.
Además, añade que la creación apunta a una segunda utilización de estos plásticos, incluso dentro del congelador o microondas.
Estos empaques se caracterizan por poseer una pared delgada sin dejar de lado la calidad, lo que se logra al reemplazar las etiquetas de aluminio o papel por otras realizadas con el mismo material del envase, las que son adheridas mediante robótica, de modo que pueda ser reciclable.
Termopaneles solares con tubería de plástico
Al analizar los problemas de las tuberías de cobre, THC, empresa que desarrolla productos para distribuir agua potable, decidió innovar al cambiar este material por plástico en termo paneles solares. Es así como en 2009 comenzó a vender este producto, que permite calentar agua con la energía del sol pero con conductos plásticos.
A pesar de que el cobre es un buen receptor del calor, estas tuberías tienen el problema de que “cuando baja la temperatura, el agua se congela y expande, por lo que los conductos se rompen”, explica Roberto Munita, gerente general de THC, quien añade que el plástico moderno es capaz de soportar hasta 90 grados de temperatura.
Según Munita, en 2011 se vendieron 5.200 unidades de un total de 6.000. Esto se debe a que en 2010 comenzó a regir la ley de subsidios para este producto, que beneficia a viviendas de menos de 3 mil UF, las que han sido los principales clientes de la empresa.
Revestimientos de polímeros para casas
Con un catálogo de 14 mil productos, la empresa de fabricación de plásticos DVP, asegura estar innovando constantemente debido a que otras empresas asiáticas replican los productos que recién se lanzan.
Una de las innovaciones es el revestimiento para casas basado en polímeros (PVC), llamado Vinyl Siding, que desde 2011 está en el mercado. Para que este producto pudiera soportar los rayos UV del sol, DVP se asoció a una firma norteamericana para desarrollar un compuesto que resistiera altas temperaturas y conservara sus características originales.
Luego, la empresa trabajó en un nuevo tipo de Vinyl Siding, el que está sobrepuesto sobre sustrato de polietileno expandido, que se caracteriza por ser un buen aislante.
“No éramos capaces de fabricarlo en Chile porque no existía el pegamento indicado. Sin embargo, nos asociados con 3M, empresa que nos entregó la solución”, explica Ricardo Merino, gerente general de DVP.