Por Alejandra Clavería
El 99,4% de los recursos otorgados por el Fondo de Innovación para la Competitividad Regional (FIC-R) fue ejecutado por las regiones en 2011. Los dineros, cuya provisión alcanzó los $ 28.821.277, se destinaron a financiar 366 nuevas iniciativas de sectores como la agricultura, pesca, energía y medio ambiente, principalmente.
Para este año, la provisión del FIC-R alcanza los $ 30.290.732 millones y, según explica Miguel Flores, subsecretario de Desarrollo Regional, la idea es que las regiones establezcan un foco de priorización, “para que todos los recursos se inviertan en forma coordinada, buscando maximizar el resultado esperado. Contamos con equipos expertos en cada una de las regiones y este año, además de continuar fortaleciéndolos, comenzaremos a ver los primeros frutos con la definición de las primeras estrategias regionales de innovación para estos propósitos”.
Pese a que los fondos provienen de la minería y el mayor porcentaje (60%) de ellos se destina por ley a aquellas regiones que aportan al país al menos un 2,5% de toda la producción minera nacional, Benjamín Cruz, jefe de la División de Desarrollo Regional de la Subdere, comenta que en general, los proyectos que financia el FIC-R apuntan a “mejorar la competitividad de las regiones en otras industrias para que cuando se acabe el cobre, no queden totalmente desprovistas y se produzca un sector secundario que permita aminorar esa falencia”.
En 2011, el fondo permitió invertir en programas de conservación y regeneración de especies nativas, mejoramiento de la competitividad de la pesca artesanal, aplicación de Energías Renovables No Convencionales en procesos productivos mineros, y en estudios de prefactibilidad para implementar modelos de riego en el agro, entre otros.
Menos burocracia
El FIC-R corresponde al 25% de los montos que cada año son asignados al FIC nacional gracias al royalty que se aplica a la minería, y es una provisión de financiamiento que el Ministerio de Economía entrega a la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (Subdere) para promover la competitividad y el desarrollo económico de las regiones en base a la innovación. La entidad se encarga de distribuir los recursos a través de los gobiernos regionales (GORE), los que a su vez reparten el 47% de los fondos entre las agencias ejecutoras (Corfo, InnovaChile, FIA y Conicyt, entre otras), el 50% entre universidades y centros de I+D, y el 3% restante entre corporaciones de desarrollo. Todas estas instituciones son las que finalmente distribuyen los dineros a los beneficiarios finales, quienes pueden acceder a estos fondos mediante concursos abiertos.
Actualmente, el proceso para asignar los fondos del FIC-R demora alderedor de nueve meses y su ejecución, al menos un año y medio, impidiendo que muchas veces puedan financiarse nuevas iniciativas puesto que gran parte de los recursos está comprometida de años anteriores.
Para Orlando Jiménez, director del Centro de Innovación y Emprendimiento de la Universidad Central, esta burocracia no sólo ha dificultado que las regiones promuevan más proyectos ligados a esta materia, sino que también ha generado que algunos dineros se repartan rápidamente con tal de cumplir el plazo que los GORE tienen asignado para ello. “Los gobiernos regionales se han profesionalizado de a poco y han ido generando capacidades para asignar los montos, pero con esa burocracia es difícil fomentar el emprendimiento y la innovación en las regiones”, comenta.
Cruz reconoce que el proceso es engorroso y replica que la Subdere está trabajando en reducir los tiempos. “Sin duda el proceso es burocrático y estamos haciendo que sea más eficiente. Este año comenzamos a introducir mejoras y la idea es acortar los tiempos de asignación a cuatro o cinco meses. Hay cosas que pueden eliminarse y otras
reemplazarse, y ya estamos evaluando cómo hacerlo”, adelanta.
Coquimbo apoya diversas áreas
Un total de 19 proyectos, ocho de los cuales fueron ejecutados por universidades, cinco por agencias y seis por centros de I+D, financió durante 2011 la Región de Coquimbo. Este año la idea es potenciar diversos sectores productivos como la minería, agricultura, servicios, turismo de intereses especiales y producción de Energías Renovables No Convencionales. “Necesitamos innovaciones que sean aplicables a las empresas regionales y puedan asignarle valor a productos, bienes o servicios para que el mercado esté dispuesto a pagar por ellos, generando así el ciclo de la I+D+i”, dice Carlos Covarrubias, jefe de la División de Planificación y Desarrollo Regional. Asimismo, fomentarán la innovación y el emprendimiento a nivel escolar y universitario para iniciar un cambio cultural en las nuevas generaciones.
Más tecnología en Valparaíso
Fomentar el desarrollo empresarial en la región es el principal objetivo que para 2012 se ha fijado como meta el GORE de Valparaíso. Para ello, detalla Luis Alberto Rodríguez, jefe de División y Planificación de Desarrollo Regional, destinarán la mayor parte de los recursos (correspondiente al 8% del presupuesto total del FIC-R), a financiar iniciativas que ayuden a las empresas a generar nuevas tecnologías que les permitan mejorar sus productos y servicios y hacer más eficientes sus procesos. Y en ese sentido, agrega, la idea es centrarse específicamente en respaldar proyectos que potencien recursos marítimos y hortofrutícolas, debido a la importancia que éstos tienen en el desarrollo de la región. En 2011, Valparaíso financió 27 iniciativas, 11 pertenecientes a universidades, 12 a agencias ejecutoras y cuatro a centros de I+D.
Atacama planea diversificarse
Con el 13,4% de los fondos del FIC-R, el mayor porcentaje asignado en 2012, la región de Atacama impulsará este año diversas iniciativas relacionadas con la minería, educación, agricultura, pesca y acuicultura y turismo.
Nibaldo Guaita, encargado del área de Fomento Productivo y Empleo del GORE de Atacama, comenta que al igual que en años anteriores, estos recursos ayudarán a seguir disminuyendo “las brechas que afectan la competitividad de las empresas locales y fomentar la fabricación de nuevos productos, bienes o servicios con mayor valor agregado, en una región que depende principalmente de commodities como el cobre, la uva y las aceitunas”, señala. Para ello, se centrarán en capacitar y entregar nuevas herramientas y conocimientos al capital humano de la región y potenciar el desarrollo de sectores productivos que contribuyan a una diversificación de la base económica regional.
O’higgins reorienta sus fondos
Tras concluir que la región recibía un importante porcentaje de los recursos del FIC (este año contará con el 8,5% del total), pero que sus niveles de competitividad seguían estacados, la División de Planificación y Ordenamiento Territorial de O’Higgins decidió reorientar sus montos para financiar más proyectos de investigación aplicada, reduciendo el apoyo que hasta ahora prestaban a aquellas iniciativas basadas en investigación básica.
Durante 2011 se respaldaron 36 proyectos y este año, explica Carlos Astudillo, jefe de la División, los montos estarán canalizados en tres áreas principales: el desarrollo de la agricultura, con el uso eficiente de recursos hídricos y energéticos, el fomento del turismo y el mejoramiento de capital humano. Asimismo, buscarán promover el emprendimiento escolar para gatillar en las salas de clases el interés por generar nuevas ideas.
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