E-CL construirá planta piloto que evaluará la creación de biorrefinería a base de microalgas
El proyecto apunta a generar biodiésel y otros subproductos que puedan ser comercializados en el mercado.
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Por Alejandra Clavería
A partir del segundo semestre del año comenzará a construirse en las instalaciones de la Central Térmica de Tocopilla, pertenecientes a la generadora eléctrica E-CL, una planta piloto a escala semi-industrial que permitirá validar los parámetros necesarios para construir en Chile la primera biorrefinería a partir de microalgas.
La iniciativa se enmarca en las actividades que promoverá el consorcio científico tecnológico Desert BioEnergy, creado hace un año con el objetivo de investigar y desarrollar tecnologías para la producción de biodiésel de segunda generación y otros derivados a partir de estas plantas acuáticas. La institución está conformada por la filial de E-CL, Electroandina, las universidades de Antofagasta y La Frontera, y empresas chilenas que promueven la ciencia y tecnología en el ámbito de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC), entre ellas la productora de algas Prodalmar, y la compañía fabricante de aceite de raps, Molino Gorbea.
“La idea del consorcio es consolidar la formación de un negocio productivo orientado a la generación de biodiésel a partir de microalgas y de varios otros subproductos que sean comercializables en el mercado, como biogás y biopolímeros, además de promover el conocimiento científico, investigación y desarrollo tecnológico aplicables a la industria de los biocombustibles”, explica Rodrigo Benavides, gerente general de Desert Bioenergy.
El proyecto demandará una inversión total de US$ 7 millones, de los cuales el 70% fue aportado por InnovaChile, y deberá desarrollarse en un período de cinco años. “Con esta iniciativa también queremos ayudar a la capacitación de nuevos investigadores en Chile para llegar a ser un país que desarrolle su propia tecnología”, agrega el ejecutivo.
Menos emisiones
La planta piloto permitirá a Desert Bioenergy evaluar el crecimiento, comportamiento y rendimiento de las microalgas, y probar sus niveles de extracción. “Así podremos determinar qué porcentaje de biodiésel desprenderemos de la biomasa que se extraiga de las microalgas y qué tipos de polímeros podremos generar, entre otras cosas, por lo que estaremos más enfocados a estudiar las tendencias que a establecer niveles de producción”, dice Benavides.
Asimismo, reutilizará los gases de efecto invernadero provenientes de la combustión de la Central de Tocopilla y los trasladará a la zona de cultivo en donde serán capturados. Esto, según el ejecutivo, podrá beneficiar a otras termoeléctricas que en el futuro deseen desarrollar este tipo de tecnología y disminuir sus emisiones de CO2.