Fabricarán en Chile detectores para el mayor acelerador de partículas del mundo
Equipo UC-USM construirá piezas del proyecto europeo ATLAS del Gran Colisionador de Hadrones, las que serán instaladas en 2018. Es la primera vez que una institución chilena crea un hardware que será utilizado en un experimento mundial.
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Un equipo de físicos e ingenieros de las universidades Católica (UC) y Federico Santa María (USM) están desarrollando 160 detectores del proyecto ATLAS del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) de Ginebra, para medir de forma mucho más precisa nuevas partículas.
El LHC permitió en el año 2012 identificar el bosón de Higgs, la pieza que faltaba en la teoría que describe cómo son las partículas que forman la materia y cómo estas interactúan entre ellas. Este proyecto es liderado por la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN).
Marco Aurelio Díaz, académico de Física UC y colaborador del proyecto, expresa que están "trabajando en mejorar una parte del sistema ATLAS, en lo que concierne a las llamadas Ruedas Pequeñas. Estas corresponden a unos discos al interior del detector, de unos 10 metros de diámetro cada uno, que permiten estudiar partículas que no se detuvieron en capas anteriores".
Añade que es la primera vez que una institución chilena produce un aparato de hardware que va ser usado en un gran experimento mundial. En este desarrollo, señala, colaboran además Israel, Rusia, Canadá y China, para distribuir el alto costo que tiene este tipo de tecnologías.
En el proyecto ATLAS participan cerca de tres mil investigadores, de unos 38 países y más de 170 universidades y laboratorios científicos.
Por su parte, Ángel Abusleme, académico de Ingeniería UC que trabaja en la parte electrónica del proyecto, la tecnología permite estimar con gran precisión cuándo y por dónde pasan los muones resultantes de las colisiones, que son las mismas partículas producidas por los rayos cósmicos al incidir sobre la atmósfera de la Tierra.
"Siempre me llamó la atención la física de partículas y cómo es posible detectar algo que nadie puede ver. En este sentido, es un honor poder servir a la ciencia con herramientas que permiten descubrir qué hay más allá", sostiene el ingeniero.
Las cámaras deben estar construidas y probadas a fin de año, para luego ser enviadas Ginebra e instaladas en el detector a partir de 2018.