La entidad IndyMac Bancorp se acogió a
la protección que ofrece el Capítulo 7 de la Ley de Bancarrota de
Estados Unidos frente a los acreedores, tres semanas después de que
su banco fuera intervenido por las autoridades federales.
La Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés)
informó hoy de la notificación que había recibido el día anterior de
esa compañía, en la que comunicaba su intención de solicitar de
forma voluntaria esa protección de la instancia judicial competente.
La entidad bancaria inició el mismo jueves los trámites
correspondientes ante el Tribunal federal de Bancarrota en Los
Ángeles (California).
Las compañías que optan por esa vía buscan por lo general
liquidar activos, según medios especializados.
La empresa cuenta con activos valorados entre US$50 y US$100 millones, un pasivo de entre US$100 y US$500 millones y algo
menos de medio centenar de acreedores, según documentos presentados
a la corte.
Las autoridades estadounidenses cerraron el pasado 11 de julio el
banco IndyMac, con sede en Pasadena (California) y quedó en manos de
la Corporación Federal Aseguradora de Depósitos (FDIC, por su sigla
en inglés), debido a los graves problemas de solvencia que padecía.
IndyMac era uno de los mayores concesionarios independientes de
préstamos hipotecarios en Estados Unidos y en los últimos meses
había sufrido fuertes pérdidas a causa del elevado índice de
morosidad de sus prestatarios.
A finales de junio numerosos clientes comenzaron a retirar con
urgencia depósitos, a medida que aumentaban las dudas sobre la
solidez de la entidad bancaria, que tenía una cartera muy amplia de
hipotecas de alto riesgo.
Las autoridades estimaron que la intervención de la entidad
tendrá un coste de entre 4.000 y 8.000 millones de dólares para el
erario público y representaba el quinto cierre de una entidad
asegurada por la FDIC en lo que va de año.
El banco opera ahora con la denominación IndyMac Federal Bank.