Entre Códigos

Prieto Abogados cambia de era: deja oficinas en El Golf y reformula modelo de trabajo

Uno de los estudios full service más tradicionales del país decidió sumarse a la tendencia de espacios abiertos y colaborativos luego de una profunda revisión a todos sus procesos.

Por: Paula Vargas | Publicado: Viernes 8 de julio de 2022 a las 04:00 hrs.
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Benjamín Grebe e Isabel Wolleter, socios de Prieto en sus nuevas oficinas. Foto: Julio Castro
Benjamín Grebe e Isabel Wolleter, socios de Prieto en sus nuevas oficinas. Foto: Julio Castro

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Fue una de las primeras firmas legales que hace 20 años dejó el centro de Santiago para instalarse cerca de sus clientes en el eje financiero y de negocios de la capital, en pleno barrio El Golf. Ahora, con otras motivaciones y luego de una intensa búsqueda, optaron por mover sus oficinas al último piso del edificio CV Galería en Alonso de Córdova, donde a partir de esta semana operan bajo un esquema radicalmente distinto al que estaban acostumbrados, con mesones compartidos por área de práctica, sin oficinas individuales y buena parte de sus 1.100 m2 dedicados a espacios comunes.

¿A qué obedece esta transformación? Según el socio de la firma y uno de los impulsores de la iniciativa, Benjamín Grebe, no se trata de un “cambio cosmético” sino que busca hacer tangible un proceso interno más profundo que viene desde hace dos años –coincidente con el estallido social- cuando vieron necesario revisar su modelo de negocios y de gestión para planificar su crecimiento.

“Nos dimos cuenta de que para crecer y seguir con nuestra misión de ser uno de los estudios referente había que sentarse a conversar entre todos y buscar respuestas”, dice Benjamín Grebe.

“Nos dimos cuenta de que para crecer y seguir cumpliendo nuestra misión de ser uno de los estudios referente en cada una de las áreas que tenemos había que sentarse a conversar entre todos y buscar respuestas. Ahí echamos a andar el que denominamos proyecto Darwin”, recuerda Grebe.

Un plan que trabajaron junto a la consultora de Salvador Muzzo, Vinson Consulting durante cuatro meses. Período en el que convivieron con varios ingenieros, quienes hicieron cientos de entrevistas y levantamiento de información, las que se extendieron a clientes y firmas competidoras. “Internamente nos involucramos socios y asociados, donde revisamos cada uno de los procesos que puedas imaginar. Desde cómo se estructuraban los bonos, las áreas de crecimiento, hasta cómo nos trasladábamos a la oficina, e incluso cómo mandábamos las cartas de cobranza”, recuerda Isabel Wolleter, también socia del estudio.

De dicha experiencia no solo salieron 37 iniciativas a ejecutar, sino que cambió la forma de organizar el trabajo diario, donde las mesas transversales y representativas de todas las áreas de la oficina se ven ahora como la única manera de implementar cambios. La prueba de fuego fue la pandemia y posteriormente las contingencias que vendrían hacia adelante.

“Lo más notable de este proyecto es la forma en que nos enseñaron a trabajar las cosas. Por ejemplo, cuando venía el cambio de oficina era evidente que teníamos que hacer mesas para escucharnos e incorporar todas las visiones y, saber lo que implicaba para cada uno este cambio en todos los aspectos”, explica Wolleter.

Lo anterior, según Grebe, fue clave para que abogados y administrativos desde el día 1 (este lunes) pudiesen trabajar sin ningún tropiezo, ni en lo técnico, ni en la nueva distribución. “Esto es bien notable, porque es cambiar la forma en que has trabajado por años, lo que genera también algo de ansiedad en la víspera, pero ha funcionado mucho mejor de lo que esperábamos”, añade Wolleter.

Más allá de seguir una tendencia en modelos de trabajo colaborativos, ambos socios destacan que lo que esperan de este nuevo esquema es que aumente el traspaso de conocimiento en un ambiente más colaborativo, sin fugas de información, coordinado y donde la gente trabaje a gusto. Lo que a su juicio también debería generar más sentido de pertenencia y retención del talento. Más aun cuando tiene un equipo de abogados muy jóvenes, con 34 años de edad promedio, de un total de 58 profesionales.

Otros ajustes

De la mano del cambio de oficina -cuentan- también venía sucediendo un ajuste tecnológico importante, con la implementación de un sistema de inteligencia del negocio hecho a medida, que hoy les permite medir en el día a día cómo van las finanzas y la carga laboral, además migraron a un nuevo sistema documental, reduciendo metros cuadrados en almacenamiento de datos y carpetas; así como contrataron un sistema de leasing para la renovación de notebooks cada tres años.

“En definitiva, no ha sido una tremenda inversión, sino una optimización de costos, donde también hay una reducción de m2 (de 1.350 a 1.100) y otros pequeños cambios; por ejemplo, antes teníamos almuerzos largos de tres platos, y eso ya no tiene sentido cuando la gente quiere almorzar algo saludable y en poco tiempo para irse pronto a sus casas”, ejemplifica Benjamín Grebe.

En materia de crecimiento, la firma ha venido ajustando su equipo orgánicamente. “Dentro del proyecto Darwin también revisamos las áreas de negocio y optamos por reforzar las que ya tenemos, creciendo de la mano del trabajo y no sobredimensionando nuestra capacidad”, concluye Grebe.

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