Los tres ejes que empujará la primera agrupación de mujeres litigantes de Chile
Crear una red de apoyo multiárea, más visibilidad y la ejecución de un pilar formativo, son parte de las acciones que activarán desde marzo próximo este grupo de abogadas.
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Son contemporáneas de generación. Tras titularse en 2017, cada una siguió su camino y al reencontrarse hace un par de años coincidieron en que eran de las pocas mujeres de su grupo que se dedicaron al mundo de los litigios. En principio, pensaron que tal vez era coincidencia, y empezaron a indagar un poco más.
“Revisamos en las nóminas de los estudios que tenían los equipos de litigios más destacados y nos fijamos que entre un 30% y 40% de sus integrantes eran abogadas, pero en los rankings la representación apenas llegaba a un 2%, el resto lo conforman abogados socios, principalmente. Es decir, no es que haya pocas mujeres litigantes, pero sí notamos que el trabajo de ellas queda invisibilizado. Con este diagnóstico partimos esta idea de crear una agrupación de mujeres litigantes que denominamos Women in Dispute Resolution”, comenta Manuela Ugarte, asociada de Ortúzar, Vergara & Boetsch y uno de los motores de la organización.
Junto a Paz Arriagada (Bofill, Escobar & Silva), Francisca Ossa (Menchaca & Cia), Siham El Masou (Gutiérrez, Waugh, Jimeno & Asenjo) y María Jesús Herrera (Carey) conformaron el brazo operativo de la agrupación. A mediados de este año comenzaron las reuniones ‘una a una’ con referentes locales e internacionales de la profesión como insumo para configurar la estructura que hoy detallan a Diario Financiero.
Están en pleno proceso de formación de una fundación, que esperan lanzar formalmente en marzo próximo. Tienen delineados los pilares y también los grupos de trabajo bajo la figura de comités asesores en tres niveles, mientras en noviembre pasado realizaron un encuentro inicial (kick off) para dar el vamos a la iniciativa.
¿El objetivo? “Potenciar y fortalecer el rol de las abogadas en el área de la resolución de conflictos”, puntualiza Paz Arriagada.
Los ejes definidos son tres. El primero, detallan, es crear una plataforma donde se puedan conocer y reconocer las mujeres dedicadas a este ámbito del Derecho, generar una red de apoyo no solo con profesionales del mundo de las oficinas legales, sino también de empresas y potenciales clientes.
Un segundo punto, es la visibilidad. “Generar como institución gremial una instancia en que los abogados o empresas puedan conocer a las mujeres dedicadas al área, los casos que han conocido, las especialidades que tenemos, los trabajos académicos que hacemos; en fin, dar a conocer los logros que no están recogidos en ninguna parte”, precisa Arriagada.
Por último, también relevan el pilar formativo y de fortalecimiento de la profesión que tendrá la iniciativa. “La idea aquí es empoderar a las abogadas litigantes, teniendo en cuenta que se produce una sinergia muy interesante en el hecho de que haya profesionales de distintas edades y experiencias. Lo que queremos es que más mujeres se quieran integrar al área, aquellas que ya son litigantes no deserten y también ser inspiración para las que están desarrollándose en esta disciplina”, acota Francisca Ossa.
Organización
El crear una fundación no es una idea la azar, sino que quieren que tenga una estructura formal con proyección de largo plazo y donde estén representadas la mayor cantidad de áreas del litigio, desde los ámbitos civiles y penales, regulatorios y de libre competencia, hasta el mundo de los arbitrajes.
Pero además, donde también estén representadas distintas generaciones agrupadas en tres comités. Entre ellos, un grupo asesor conformado por litigantes más consolidadas como Nicole Duclós, Ariela Agosin, Mónica Van der Schraft, Elina Mereminskaya, María Soledad Krausse, Nicole Nehme y María Agnes Salah. Luego un segundo comité ejecutivo asesor integrado por directoras y socias de entre 35 y 45 años, que están en pleno despegue de sus carreras, como es el caso de Liat Tapia, Catalina Amenábar, Carla Dituss, María José Larraín y Josefa Larraín.