Con la economía a un menor ritmo e inversionistas expectantes ante el momento político y social que vive el país, la actividad del mundo legal corporativo también se puso en pausa, salvo contadas excepciones. El caso más emblemático, el de los expertos constitucionales.
“Tiempos de alegría para nuestros constitucionalistas”, decía en Twitter Luis Cordero el viernes, adelantándose a la actividad que viene en esta materia. Pero ya desde hace un par de semanas que muchos de estos especialistas están siendo bombardeados de preguntas y consultas respecto de las implicancias para las empresas de contar con una nueva Constitución, y otros tantos de ellos, siendo parte activa del acuerdo que se selló el jueves pasado y que, de cara a los próximos dos años, serán actores clave de esta discusión.
Arturo Fermandois, Gastón Gómez, José Francisco García, Sebastián Soto, asesor de La Moneda y Víctor Manuel Avilés.
Las definiciones de los escuderos de la derecha
Muy probablemente de este selecto grupo de abogados saldrán los miembros de la Comisión Técnica que deberán designar los partidos que suscribieron el acuerdo y, cuya principal función será abocarse a la determinación de todos los aspectos indispensables para materializar el acuerdo por una nueva constitución.
Comisión que, en cualquier caso, deberá ser paritaria entre integrantes del oficialismo y la oposición.
Por el lado de la derecha no hay mayores misterios. De hecho, trascendió que varios de ellos se reunieron con el presidente Sebastián Piñera en horas posteriores al histórico acuerdo para delinear los próximos pasos.
Arturo Fermandois es un clásico en materias constitucionales, no solo por su expertise representando a empresas y el gobierno ante el Tribunal Constitucional, sino también por su experiencia académica.
Fermandois es del círculo de consulta de La Moneda en estos temas, y es un convencido de que el quórum de 2/3 es clave para este proceso.
Gastón Gómez (Gómez, Pallavicini & García) y Víctor Manuel Avilés (Larraín & Asociados), vinculados a Renovación Nacional no se han perdido detalle de la discusión, y no precisamente como meros espectadores. Ambos desde el teléfono intercambiaron opiniones con los parlamentarios que negociaron para el acuerdo el jueves.
Avilés entregó a DF sus primeras impresiones. "El acuerdo tiene de positivo que no dejó completamente fuera al Congreso Nacional del proceso constitucional, entre otras cosas, porque el contenido se va a aprobar con los quórum que establece la Constitución (2/3)... Por el lado más complejo, es que parta desde una hoja en blanco porque significa que si no hay un acuerdo en una determinada materia, este tema no va a existir en la Constitución", explicó.
Por el lado de Evópoli, el hombre de la Constitución -por cierto, muy activo en esta última semana- es José Francisco García. Hace cinco años que viene sosteniendo junto a otros constitucionalistas de corte liberal, una posición respecto del contenido de una nueva carta fundamental que se ha denominado minimalismo constitucional. Lo que implica, según escribió en una columna publicada en DF la semana anterior, que el texto fundamental debe tener las reglas básicas que nos constituyen como comunidad. Así, temas como el tamaño del Estado en la economía, el mayor o menor énfasis en un Estado subsidiario o social, "son decisiones de la política democrática y no deben estar zanjadas en la Constitución", señaló.
Finalmente una pieza clave en esta discusión será Sebastián Soto, asesor cercano a La Moneda (ligado a Libertad y Desarrollo).
Jaime Bassa y Fernando Atria.
Los negociadores más duros de la izquierda
A Fernando Atria se lo vio una y otra vez por los pasillos del exCongreso Nacional la noche del jueves. Su misión: mantener a firme la opción de la Asamblea Constituyente y que se abra un espacio de decisión para la ciudadanía. Aunque muchos lo toman más por ideólogo que por sus conocimientos constitucionales, este académico de Derecho de la Universidad de Chile no ha dejado oportunidad para promover un cambio constituyente.
Y ante la arremetida de una parte del sector que representa, que el viernes comenzó a cuestionar el quórum para la nueva carta magna, también fue el primero en aclarar el tema en redes sociales: "Hay mucha discusión sobre el sentido de los 2/3 en el acuerdo constitucional. Hay una diferencia radical entre 2/3 para reforma constitucional y para una nueva Constitución (que parta de cero)", abriendo un hilo donde explicó las diferencias y las dudas que también se abren con el nuevo proceso.
Por otro lado, está el integrante del colectivo Comunes y académico de Derecho de la Universidad de Valparaíso, Jaime Bassa, de quien dicen entendidos puede jugar un rol más preponderante para la etapa que viene en la discusión por la nueva carta fundamental, por su especialidad en temas constitucionales.
Bassa también se puso al frente de su colectivo para explicar las razones de sumarse al acuerdo, enfatizando que "una hoja en blanco garantiza una discusión libre, sin las amarras del pasado", dijo en su cuenta de Twitter.
Asimismo destacó la convocatoria a un plebiscito de entrada y otro de salida. "El pueblo decidirá sobre el mecanismo y podrá ratificar o rechazar el texto de nueva Constitución que se nos proponga".
Sobre los cuestionamientos al quórum también fue enfático: "El quórum de 2/3 es muy alto, pero como el órgano constituyente no será binominal, será muy difícil que opere como una trampa", y advierte: "No podemos confiarnos: nuestra participación en las elecciones constituyentes y en las deliberaciones es clave".
Respecto de las materias pendientes, propone que la constituyente debiera ser paritaria y con escaños para pueblos originarios. "Además, debe generar las condiciones para evitar que los problemas de representatividad se proyecten a esta instancia: democracia participativa y directa", agregó en la red social.
Patricio Zapata, Jorge Correa Sutil y Francisco Zúñiga.
Los experimentados "jugadores" de la exNueva Mayoría
La Democracia Cristiana tiene dos referentes en materia constitucional a los cuales echar mano en el debate que se avecina, y así ha sido por años: Patricio Zapata y Jorge Correa Sutil.
Hay que recordar que el primero de ellos incluso presidió el Consejo Ciudadano de Observadores del Proceso Constituyente en el gobierno anterior. Es esta experiencia la que ha hecho que en los últimos días sea fuente obligada de consulta para analizar el nuevo escenario.
Con calma, el abogado en sus intervenciones ha recalcado que "discutir el tema constitucional en cualquier país del mundo es una cosa seria", "hacer una nueva Constitución no es un carnaval", y hay que estar a la altura de la responsabilidad que ello supone, dijo a radio Cooperativa.
Luego, Jorge Correa Sutil también ha sido enfático en ese sentido.El exsubsecretario de Interior y exministro del Tribunal Constitucional, en esta materia tiene la absoluta convicción de que una nueva Constitución escrita por el actual Congreso difícilmente tendría la aceptación necesaria para tener legitimidad.
Sobre el debate que vendrá, dijo en entrevista con La Tercera hace unos días que hay que "entrarle a la Constitución con goma y no con lápiz. Más democracia y menos Constitución... Yo prefiero la democracia. Los modelos económico-sociales los definimos por mayoría votando periódicamente, sin tutela constitucional, ni de constitucionalistas. Para la política ordinaria, más urnas y menos fallos", aseguró.
Por el alma socialista, Francisco Zúñiga (del estudio Zúñiga Campos Abogados) lideró la "armada legal" del partido en la sede legislativa el pasado jueves, la que también estuvo integrada por Rodrigo Pica y Felipe Perotti, ambos integrantes del estudio que encabeza.
En su caso, también viene pregonando hace un buen tiempo la necesidad de una nueva Carta Magna que tenga legitimidad y deseche la Constitución de 1980.
De hecho, como parte del comando de la última campaña de la expresidenta Michelle Bachelet participó del equipo que propuso hacer la reforma constitucional a través de la elaboración de una nueva Constitución.
Zúñiga es abogado de la Universidad de Chile, casa de estudios donde hace clases de pregrado y postgrados de Derecho Constitucional desde 1989. Dicta clases también en la Academia Judicial y fue abogado integrante del Tribunal Constitucional entre 2006 y 2009.
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