Programas especiales, campañas virtuales, charlas y libros. Varias organizaciones civiles se han movilizado en los últimos meses para impulsar la participación ciudadana en el proceso constituyente. Algunas surgieron a partir del acuerdo de noviembre y otras trabajan desde el proceso anterior.
Para esta edición de DF Constitucional recogimos la experiencia de cuatro instancias no partidarias y sus expectativas de que la postergación del plebiscito a octubre logre reducir la polarización.
Instituto de Estudios para la Sociedad
El de hoy será el quinto coloquio que el IES organiza en torno al proceso constituyente, desde el pasado 18 de octubre. Deberá ser virtual, debido a la emergencia sanitaria del Covid-19, y no será el último. El plan del IES es realizar un coloquio mensual, con diferentes investigadores y expertos, hasta que llegue la fecha del plebiscito.
Fundado el año 2006, el IES es un centro de estudios independiente que ha tenido el debate constitucional como una de sus principales líneas de trabajo. Claudio Alvarado y Pablo Ortúzar han publicado desde 2016 libros respecto de la Constitución o ideas de reformas para el Estado. Su objetivo apunta no sólo a mejorar la calidad del debate, sino que se preparan ya para, en caso de ganar el "Apruebo", promover como principios fundamentales la subsidiariedad, la solidaridad, el Estado de derecho y la dignidad de la persona humana.
Desde la declaración de la emergencia sanitaria, Alvarado, director ejecutivo, planteó que era necesario postergar el plebiscito, eso sí, con un pacto político transversal y sin modificar lo acordado hasta ahora. Ambas condiciones se cumplieron.
"Quizás lo que está ocurriendo ayude a disminuir los niveles de polarización que venían observándose, y eso podría llegar a ser positivo para el país", responde Alvarado, consultado sobre el impacto de la postergación y la crisis del coronavirus.
Fundación Pacto Social
Acercar la Constitución a las personas es la tarea que se han impuesto en Fundación Pacto Social desde diciembre pasado. Esta organización se fundó en 2010, pero ahora concentra todo su trabajo en realizar talleres y espacios de diálogos ciudadanos dirigidos a la clase media y grupos más vulnerables.
En estas instancias se aborda "de una forma aterrizada" qué es la Constitución y cuál es su alcance. "También - con el objeto de moderar las expectativas- explicamos cuál es el rol que juegan los derechos sociales en las constituciones y la importancia del Gobierno y el Congreso para hacerlos efectivos a través de leyes y asignándoles presupuesto", explica Alejandro Fernández, uno de sus fundadores.
La emergencia sanitaria los obligó a suspender un proyecto de amplia cobertura, a través de talleres en colegios, dirigidos a padres y apoderados. Según Fernández, una nueva Constitución tendrá un alcance limitado si no va de la mano de un pacto social, de ahí el nombre de la Fundación. Para ello, agrega, es necesario reducir el nivel de polarización y violencia.
"Creo que es positivo postergar el plebiscito, porque va a permitir que bajen un poco la tensión y el clima polarizado que estamos viviendo, y a su vez vamos a tener más tiempo para entender mejor el debate constitucional, y así tener una ciudadanía empoderada, que participe informadamente", afirma.
Fundación para el Progreso
Al igual que lo hicieran con el proceso iniciado en 2014 por la administración de Michelle Bachelet, en la FPP crearon un programa de formación constitucional apenas la discusión sobre una reforma ganó fuerza. Una vez firmado el acuerdo político del 15 de noviembre, se puso en marcha el programa, que tiene como objetivo informar a la ciudadanía sobre conceptos básicos como qué es y en qué afecta la Constitución la vida cotidiana.
El programa de capacitación, con fuerte énfasis en su difusión regional, concluyó una primera etapa a inicios de este mes. Diego Laguna, subdirector de Formación, explica que el plan es retomar los talleres apenas termine la emergencia del coronavirus, aunque también planean actividades a través de plataformas digitales.
Laguna explica que la FPP optó por mantener una postura independiente respecto del voto en el plebiscito y considera que la postergación del proceso puede dar más tiempo de reflexión a la ciudadanía. "Nuestra apuesta ha sido emprender una campaña de concientización ciudadana, que informe lo máximo posible e independiente del resultado del 25 de octubre... Queremos explicar que las constituciones no son una lista de deseos, sino más bien una herramienta que protege a los ciudadanos frente al poder", detalla.
C80
El proyecto de C80 está basado en las nuevas tecnologías, el uso de datos y las nuevas formas de narrar. Aunque surgieron en 2015, C80 ha iniciado una nueva etapa con financiamiento del Fondo de Cultura, en la que desarrollarán contenidos web y audiovisuales para abordar los argumentos que llaman tanto a aprobar como a rechazar una reforma constitucional.
El nombre de la organización hace referencia a la Constitución del 80. El objetivo base de su programa es lograr que el texto, visto más bien como algo árido, pueda ser comprendido por la mayor cantidad de personas para dimensionar su impacto en la vida cotidiana.
"Esperamos que la visualización de datos pueda contribuir a una discusión más informada y a la generación de opiniones diversas. Nos interesa aportar al debate cívico, sobre todo facilitando la navegación y exploración visual de documentos que por su naturaleza son complejos y que poseen un aura especializada", explica Daniel Zegers, director de Contenidos.
Desde ya, proyectan también su trabajo para después del plebiscito. Si bien la postergación del voto era inevitable, a decir de Zegers, también obliga a quienes están trabajando en campañas similares a replantear su plan de trabajo. Pero también hay oportunidades, afirma: "Habrá más tiempo para discutir y debatir, indagar y contrastar, para que, una vez pasada la emergencia, retomemos una discusión nacional inédita en nuestra historia".
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