Si hay algo que no ha frenado la pandemia son los ajustes en el sector legal. Los estudios han aprovechado de mover sus fichas para acomodarse a un escenario bastante más desafiante en lo profesional.
Así es como Franco Gorziglia, junto a Francisco Javier Morales y José Joaquín Cox, optaron por sumarse al estudio Alessandri con todo su expertise tributario a partir del 1 de julio. “En su minuto buscamos con nuestro estudio (Gorziglia, Morales & Cox) entregar una atención directa, sin intermediarios, con una alta especialización y la verdad es que fue una muy buena experiencia…Pero el mercado no es el mismo de antes, hay nuevas necesidades, tecnologías y nuevos negocios, así es como se nos abrió esta posibilidad de sumarnos como socios a Alessandri para reforzar y potenciar la parte tributaria”.
El especialista, en conversación con Diario Financiero, reconoce que necesitaban dar un salto “dado los tiempos que corren”. A su juicio, esto se puede advertir particularmente en los servicios tributarios, área que vive un momento de gran presión, en medio de la implementación de la modernización tributaria y los anuncios de medidas de reactivación ligados a incentivos impositivos.
“Hoy más que nunca se hace necesario estar muy al día, bien asesorados y ver las oportunidades que se presentan y para eso no basta estar encerrados en una boutique, sino que también se necesita repensar cómo ofrecer los servicios, cómo entregar una atención integral, una nueva forma de pensar una asesoría legal y, en ese sentido, se da muy bien en el proyecto que nos estamos embarcando”, explica Gorziglia.
El especialista sostiene que sumarse a Alessandri no fue una decisión compleja por la afinidad de valores y principios que tiene con los socios de la firma, de ahí que su expectativa es que exista “una muy buena sinergia” en el largo plazo.
Las urgencias
Junto a los desafíos implícitos que trae este cambio para Gorziglia, el profesional se detiene en lo que, a su juicio, es uno de los grandes pendientes en materia impositiva en el país, particularmente en este tiempo de mayor necesidad de recursos: la ley de donaciones. “Es un asunto que urge mucho despejar, no solo de los que nos dedicamos a esto, sino por un tema país, porque hoy el tema tributario es la piedra de tope para la filantropía, así de simple y lo puedo decir responsablemente”.
Agrega que lo anterior no solo se arregla con la ley única de donaciones (que está en el Congreso). Dice que tanto o más importante es romper con tres prejuicios: “El primero, la ignorancia en el sentido de pensar que la ley de donaciones tributarias benefician a la empresa, la ley no es una franquicia...”.
Luego, señala que el Estado no dejará de recibir impuestos. “En EEUU y Alemania quedó demostrado que con las normas sobre donaciones nunca se vio afectada la recaudación, y podemos ver muchos ejemplos en la experiencia comparada”.
Y finalmente, sostiene que aunque siempre está la posibilidad de que algunos hagan mal uso de la ley, “claramente va a ser mayor el beneficio que el riesgo”.
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