14 REGIONES SE VIERON AFECTADAS
El martes 25 de febrero quedará grabado en la historia del sector eléctrico chileno como el día en que una “operación no deseada” generó un efecto en cadena que terminó con más del 90% de la población sin luz y toque de queda en 14 regiones del país.
Si bien al amanecer ya se había repuesto alrededor del 97% del servicio, el apagón masivo abrió un debate respecto a las falencias del sistema, que inmediatamente derivó en la búsqueda de responsables.
Durante el corte de luz, todos los dedos apuntaron a ISA Interchile -filial del Grupo ISA, controlado por la estatal colombiana Ecopetrol-, empresa en cuyas instalaciones ocurrió la falla original.
Pero los motivos detrás del corte no son los mismos que explican la demora en la reposición de la luz y, de a poco, comenzó a hablarse de una cadena de errores. La mañana del miércoles, el ministro de Energía, Diego Pardow, disparó contra otras empresas aparte de Interchile. “La falla de ayer no debería haber ocurrido de acuerdo con el sistema de monitoreo permanente que tiene y, a su vez, la extensión de la falla debería haber sido significativamente menor”, espetó.
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Concretamente, acusó que complicaciones en activos de generación (las centrales Rapel y Quintero, de Enel) y en el sistema automático que coordina el funcionamiento eléctrico a nivel nacional (la plataforma Scada, administrada por Transelec) hicieron escalar la crisis.
Diario Financiero reconstruyó el plan de reposición que lideró el Coordinador Eléctrico Nacional durante el apagón del martes y recopiló las distintas versiones que explican la extensión y duración del corte, una discusión que irrumpió como una protagonista inesperada en el camino de la industria energética.
El cortocircuito
44 MINUTOS DEMORÓ ISA INTERCHILE EN REPONER LA LÍNEA
La raíz del apagón está en un evento ocurrido a las 15:16 horas del martes, que afectó a la línea de transmisión Nueva Maitencillo-Nueva Pan de Azúcar (entre Vallenar y Coquimbo), que a su vez repercutió en la línea Cardones-Polpaico -ambas administradas por ISA Interchile-, que a su vez desencadenó la caída del servicio a nivel nacional.
El presidente del Coordinador Eléctrico, Juan Carlos Olmedo, lo comparó con el tablero eléctrico de una casa: explicó que los sistemas cuentan con una “protección diferencial” que, por ejemplo, hace que si una persona mete los dedos al enchufe, no le dé una descarga eléctrica. “¿Qué pasó aquí? Esta línea tenía una cierta protección que no debió haber operado (...) Y al hacerlo, se desconectó la línea y provocó este efecto cascada que nos dejó en un apagón”, relató.
ISA Interchile confirmó esa versión en un comunicado: “El esquema de protección operó sin la existencia de una falla real en la línea”.
El efecto dominó, agregó Olmedo, se dio porque “la desconexión de estos 1.800 MW representó un porcentaje muy alto de la demanda que existía al sur de Coquimbo. Todo lo que estaba al norte estaba desconectado y eso hizo que la frecuencia cayera muy rápido. Nuestras redes son de corriente alterna y la frecuencia tiene que mantenerse en ciertos valores. Si cae muy rápido se empiezan a desconectar las centrales generadoras y algunos consumos y eso es lo que ocurrió”.
No obstante, el gerente general de ISA Interchile, Luis Llanos, aseguró que se demoraron 44 minutos en dejar la línea disponible para ser restaurada al servicio, a las 16:00 horas del martes.
Las centrales
Una vez disponibilizada la línea por parte de ISA Interchile, la siguiente etapa era volver a echar a andar el servicio. El desafío, explican desde el Coordinador, consistía en reponer la electricidad gradualmente en tres grandes “islas”: una correspondiente al norte del país; otra compuesta por la Región Metropolitana y la V Región; y otra por el sur del país.
En ese momento, pasadas las 16 horas, se recurrió a la hidroeléctrica Rapel y a la central Quintero, ambas pertenecientes a Enel Generación. Según distintos actores de la industria, estas centrales están hechas para partir de cero y conectarse al sistema. La Central Rapel, ejemplifica una de las fuentes, debería poder hacerlo en un período de entre 10 a 15 minutos. No obstante, ambas fallaron en sus intentos de conexión.
Si bien en un principio el ministro Pardow se había referido a la termoeléctrica Ventanas -anteriormente de AES Andes y desde diciembre controlada por Quintero Energía-, desde el Ministerio confirman que se refería a la Central Quintero. En tanto, fuentes de la industria explican que Ventanas no tiene las capacidades para “partir de cero”, sino que necesita de un proceso más extenso y de una cierta cantidad de energía para reconectarse al sistema, por lo que en realidad esa termoeléctrica volvió a entrar entre la madrugada y la mañana del miércoles.
Al respecto, Enel Generación declaró que “ha movilizado de inmediato todos sus equipos, procedimientos y protocolos para controlar y recuperar el funcionamiento de las generadoras en todo el país”. Sostuvieron que todas sus plantas generadoras, durante la falla, han estado disponibles para el despacho y ejecutando las actividades necesarias para el plan de recuperación del Coordinador.
“En el caso de la central Rapel, que tuvo varios intentos de conexión al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), recalcamos que no había ninguna indisponibilidad técnica y que se están analizando las instrucciones, la coordinación y si las condiciones de operación fueron adecuadas y coherentes”, afirmaron.
Asimismo, finalmente otra central de Enel figuraron entre las que permitieron recuperar el servicio. Cerca de las 20 horas, Pehuenche permitió devolver la luz a la zona central junto a la hidroléctrica, Colbún, de la empresa homónima ligada al Grupo Matte.
En la madrugada, Canutillar (también de Colbún) hizo lo propio en la zona sur del país. En el norte, en cambio, se presentaron problemas de alto voltaje que impidieron recuperar la electricidad hasta alrededor de las 08:40 horas del miércoles.
Sistema “Scada”
La última “falla” aludida por el ministro Pardow fue el funcionamiento de un sistema automático de Transelec que se conoce como “Scada”. Estos sistemas consisten en soluciones de software y hardware que apuntan a supervisar, controlar y automatizar procesos en tiempo real. En simple, dice una fuente de la industria, el Scada monitorea todo el sistema y muestra las señales de todos sus activos, por lo que su caída deja “ciegos” a los procesos automáticos de las empresas y las obliga a recurrir a los mecanismos manuales que se usaban décadas atrás. Por eso, este habría sido uno de las grandes escollos que explica la demora en la reposición.
Olmedo aseguró que el Scada del Coordinador “se mantuvo 100% disponible todo el tiempo antes de la falla, durante la recuperación del servicio y hasta el día de hoy (...) el Scada de Transelec no estuvo disponible al menos hasta las 18:00 horas (del martes) y posteriormente con intermitencia”.
Al cierre de esta edición, Transelec había declinado hacer comentarios.
¿Responsabilidades?
El decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la UAI, Claudio Seebach, considera que no corresponde apuntar a empresas determinadas. “No creo que sea responsable (...) esto es un sistema coordinado donde hay un montón de empresas y actores que son parte del diseño”, dijo.
Planteó que la complejidad de la reposición es muy grande, pues implica lograr que todas las partes del sistema se sincronicen a la misma frecuencia para poder empezar a generar.
“La investigación identificará si hubo empresas que habiendo sido solicitadas de iniciar sus servicios, no pudieron hacerlo, pero hoy día no se sabe. Eso va a ser parte de toda la complejidad, porque esto es el mayor blackout de la historia de nuestro país y, por lo tanto, implicó a casi todas las 800 unidades eléctricas del sistema”, señaló.
Por otro lado, la exsecretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Energía (CNE), María Isabel González, señala que una investigación debe determinar dónde están las mayores responsabilidades: “Si se abrió un circuito del sistema de ISA y ocurrió un blackout de estas proporciones”, la responsabilidad podría ir más allá de la falla original de ISA, sino que recaer sobre el “Coordinador por programar una operación sin Criterio N -1, o de quien sea que llevó la transmisión real a ese nivel”.
Seebach dice que revisó seis casos de apagones a nivel mundial y que en todos se demoraron como mínimo seis horas en la reposición: “en Nueva York se demoró como 11 o 12 horas en recuperar el servicio. Hasta en las mejores familias ocurre esto”.
La falta de inversión en el sector eléctrico expuesta por el masivo corte de energía
La permisología y la falta de inversión en la industria eléctrica volvieron al centro del debate público tras la caída del suministro eléctrico que afectó a gran parte del país. Aunque expertos argumentan que un sistema de transmisión más robusto no necesariamente habría evitado el corte, coinciden en la urgencia de invertir en el sector.
El académico del departamento de ingeniería eléctrica de la Universidad de Santiago, Humberto Verdejo, señaló que uno de los principales problemas es la falta de redes de transmisión. A esto se suma la ausencia de mecanismos adecuados de almacenamiento para la energía solar, lo que provoca que gran parte de la generación se pierda cuando no se puede transmitir a tiempo. “En lugar de desperdiciarla o transmitirla en su totalidad, sería conveniente almacenarla”, sostuvo.
Otro punto crítico, según Claudio Seebach, son los problemas que existen en la distribución, poniendo de ejemplo el impacto del invierno pasado, cuando la caída de árboles generó cortes prolongados de energía. “La inversión en calidad de servicio y resiliencia climática es crucial, ya que enfrentamos eventos climáticos cada vez más extremos”. En ese sentido, apuntó a la falta de inversión en tecnologías como la medición inteligente y el soterramiento de redes, que podrían mejorar la estabilidad del suministro.
Con este escenario, Verdejo hizo un llamado a las autoridades para garantizar condiciones y certeza jurídica que incentiven la inversión en el sector. También enfatizó la necesidad de acelerar la construcción de la línea de transmisión Kimal-Lo Aguirre. “Es difícil determinar si esta línea habría cambiado la situación, pero lo fundamental es que se debe construir con urgencia”. Finalmente, Seebach recalcó la importancia de acelerar las inversiones y asegurar su ejecución dentro de los plazos planificados. “Las energías renovables avanzan rápido, pero la transmisión es un proceso más lento, pues involucra vastos territorios, comunidades y municipios. Ahí estamos estancados en Chile, y es urgente acelerar esos procesos”.