El alza
en el precio del petróleo, con repercusión directa en los combustibles, no
afectará el proyecto de la nueva aerolínea brasileña Azul, que operará a partir
de 2009, señaló hoy el empresario estadounidense David Neeleman, al presentar
en Sao Paulo la imagen corporativa de la empresa.
"El precio del petróleo no
es una preocupación, pues en Brasil el potencial es para los vuelos regionales
sin escala y ese es nuestro foco", señaló Neeleman, en una rueda de prensa
tras la presentación de la imagen y la Junta Directiva de
la nueva compañía.
El gerente de Mercadotecnia,
Gianfranco Beting, complementó que frente al precio del petróleo no pueden
"hacer nada, por más que incida en el sector aéreo".
"Pero nuestras proyecciones
de lucro encajan con un precio del barril a partir de los US$ 130 dólares hasta
unos US$ 200", indicó.
A juicio de Neeleman, quien es de
origen brasileño, la nueva compañía no centrará su mercado en el ofrecimiento
de precios bajos, modalidad que permitió la expansión en pocos años de la
también brasileña Gol.
"No vamos a encarecer los
precios, pero nuestro objetivo no será bajarlos. Queremos a un precio racional
ofrecer el mejor servicio, diferenciado, y que el usuario pueda abaratar otras
despensas como los costos por hotelería que se tienen que pagar por escalas
obligadas o falta de más vuelos en el día", apuntó.
Azul tampoco será una subsidiaria
de JetBlue, una de las aerolíneas fundadas por Neeleman y que se consolida como
una de las más sólidas en Estados Unidos.
"Esta empresa es con capital
brasileño, inspirada en el servicio, administración y colores de JetBlue, pero
no existe ninguna relación accionaria", aclaró Beting.
En ese sentido, Neeleman descartó
que un pedido de la compañía estadounidense al fabricante AirBus para aplazar
la entrega de 21 aeronaves vaya a afectar a la brasileña.
"Tenemos un pedido firme de
aviones con (la fabricante brasileña) Embraer y por ahora no contemplamos en la
flota aeronaves AirBus", explicó Neeleman, quien dejó la presidencia de
JetBlue para asumir la de Azul y retornar al país que lo vio nacer luego de
pasar la mayor parte de su vida en Estados Unidos.
En enero, la compañía comenzará a
operar con tres aviones y en diciembre de 2009 ya habrá recibido otros diez,
mientras que en 2010 se tiene prevista la entrega de doce más y a partir de ahí
se cumplirá una entrega mensual por cinco años del contrato por 76 aeronaves,
la mitad de ellas compradas y las restantes con opción.
El ejecutivo, innovador de
algunas aplicaciones a la aviación comercial como el servicio de televisión en
las aeronaves y la emisión de tiquetes electrónicos, confía también que
"el acceso al crédito por parte los brasileños va a estimular su deseo de
volar".
Neeleman descartó en la rueda de
prensa la apertura inmediata del capital, pero manifestó que para un futuro no
se descarta esa idea y la de posibles alianzas con empresas aéreas de mediano y
pequeño porte que operan en Brasil.
Los aviones contarán con mayor
espacio entre los asientos, sin la existencia de un tercero; una pantalla de
televisión por cada lugar con servicio de treinta canales en directo, una cesta
con variedad de comestibles y opción de repetir, y los mismos equipos técnicos
de seguridad para piloto y copiloto, anticipó Neeleman.