Inmobiliaria PatagonLand concreta su internacionalización: parte por Uruguay y luego la apuesta es Miami
Firma de José Luis Délano, Diego Errázuriz y José Antonio Rabat, desarrolla cuatro obras en Montevideo por US$ 50 millones, con inversionistas locales y chilenos.
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A 14 años de su fundación, la inmobiliaria chilena PatagonLand concretó su internacionalización: la empresa tiene en desarrollo cuatro proyectos en Montevideo, Uruguay, y, luego, la apuesta es EEUU.
La empresa -perteneciente a José Luis Délano, Diego Errázuriz y José Antonio Rabat- partió como un negocio de inversión de tierras en el sur del país en 2009. Luego, derivó en el rubro inmobiliario (principalmente viviendas) y, hoy, suma 15 proyectos terminados y otros doce entre entrega inmediata, en construcción y desarrollo.
“Tenemos un compromiso importante con la inversión en Chile, no es que no lo estemos haciendo, pero el ritmo es más lento de lo que ocurría antes. Estamos siendo extremadamente selectivos; estamos aprovechando, entre comillas, ciertas oportunidades que se dan en proyectos que ya tienen permisos de edificación, porque uno dice ‘¿me voy a comer el riesgo de la permisología?’ para qué”, comenta Diego Errázuriz, socio y gerente general de PatagonLand.
“Tenemos un compromiso importante con la inversión en Chile (...), pero en la práctica, hoy día, cada vez se hace más difícil el desarrollo inmobiliario”.
Diego Errázuriz, gerente general de Patagonland
El Gobierno del Presidente Boric ya anunció una reforma al sistema de permisos sectoriales, que busca reducir en un 30% los plazos para autorización de proyectos, la que será presentada en diciembre al Congreso.
“En Chile, lo que nos pasó desde el estallido social y la pandemia es la incerteza jurídica. Uno escucha al ministro de Economía, Nicolás Grau, que habla de que van a dar facilidades, pero en la práctica, hoy día cada vez se hace más difícil el desarrollo inmobiliario. Y las políticas públicas van en contra, por cierto, de lo que significan los precios para la vivienda”, señala Errázuriz.
A todo lo anterior, suma las mayores restricciones de altura y densidad de los planos reguladores, y los créditos hipotecarios, cuya tasa de interés está en niveles de 2009, lo que complejiza las compras de inmuebles con destino habitacional.
Sobre la banca, dice que “han sido los grandes socios del desarrollo, pero se han quedado con hartas chiflotas. Entonces, la evaluación y selección de los proyectos donde hoy día invierten es mucho más rigurosa, más detallista y, en la práctica, han recortado financiamiento para algunos proyectos”.
“Es un círculo vicioso que no hemos podido salir. Lamentablemente, el último año no hemos tenido las condiciones para que la inversión crezca en Chile y ahí fue donde nosotros miramos Uruguay”, justifica.
Estabilidad y certeza
Errázuriz explica que desde hace tres años que están trabajando en su desembarco en el país liderado por el Presidente Luis Lacalle Pou. Ya tienen cuatro proyectos en desarrollo, que suman inversiones por US$ 50 millones.
Tres son de departamentos y uno del tipo condominio, para la auto construcción. Todos están al este de Montevideo, donde se ha disparado el desarrollo inmobiliario tras la pandemia por tener más áreas verdes que el centro de la capital, destaca el ejecutivo.
Explica que la estructura se desarrolló a través de una sociedad que se armó en Uruguay: ésta recibe los capitales de los inversionistas chilenos y después los recursos llegan a las empresas aguas abajo, donde se unen con los capitales uruguayos. “Nos juntamos con socios locales distintos para cada proyecto, pero todos tienen mucha experiencia”, destaca Errázuriz.
“El capital que estructuramos son US$ 10 millones de chilenos y US$ 10 millones de uruguayos. El resto es financiamiento bancario; hoy lo estamos viendo principalmente con el Santander Uruguay, pero no nos cerramos a más bancos. Y, además, está la preventa de los proyectos”, detalla el ejecutivo, quien estima “estar devolviendo capital y utilidades no más allá de 2027”.
Destaca que, dentro de América Latina, Uruguay debe ser el primer o segundo país que mejores retornos entrega en la industria inmobiliaria.
Los principales compradores de propiedades en ese país son los uruguayos (muchos compran departamentos como inversión para su jubilación, dice), además de argentinos, chilenos y brasileños.
“Uruguay tiene la gracia de que es un país que tiene estabilidad institucionalidad y certeza jurídica que funciona muy bien, independiente del partido político de turno del Presidente. Ha mantenido una continuidad en las políticas públicas para traer inversión de manera muy importante y eso es muy rescatable”, destaca el gerente de la inmobiliaria chilena.
Y añade: “Además, hay mucho beneficio para la inversión extranjera, como los tributarios y la facilidad para la creación de los vehículos de inversión”.
Sobre sus planes en EEUU, dice que tiene características similares a Uruguay. “Son países bastante resilientes a las crisis, y eso nos parece que es importante, junto con la certeza jurídica”, insiste.
El plan en el país del norte es a más largo plazo, aunque ya están en conversaciones con un operador, que, eventual, se podría transformar en un socio local.
“Es un gestor inmobiliario en Orlando; estamos en conversaciones preliminares. En uno o dos años esperamos tener una estructura operando allá”, proyecta Errázuriz.