Durante el segundo semestre, el empresario Vicente Caruz y los socios que finalmente se suman al proyecto para crear un nuevo banco, solicitarán a la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) la licencia para el BDS, como llaman preliminarmente a la nueva entidad.
Pero antes de eso, hay varios pasos que se tienen que dar. Primero, los accionistas deben cerrar un acuerdo final respecto del nuevo banco, esto porque aún se están haciendo rondas con interesados en sumarse a la propiedad, donde se espera que hasta el 55% sea nacional y el resto extranjero.
Pero en paralelo, el empresario está avanzando en una alianza de entidades financieras, además de definir el proyecto tecnológico. Todas estas etapas, dice Caruz, deberían concretarse antes de fin de año.
Respecto a las alianzas, la nueva entidad aplicará un modelo de trabajo descentralizado y seguirá el modelo europeo con los bancos mutuales, los que partieron como cooperativas regionales. Así, se asociará con cooperativas a lo largo del país, dadas las redes con empresas que éstas ya tienen y los servicios que entregan, lo que le otorgará una base de partida del orden de 100 mil clientes.
Luego, agruparán estas cooperativas en tres instituciones: Bannorte, Bancentro y Bansur.
Así, el banco se encargará de todo lo relativo a seguros, garantía, innovación y desarrollo tecnológico, sindicalización de créditos, bancos de inversión (relación con bancos extranjeros), entre otros temas, para eliminar los problemas de escala que esas entidades tienen, especialmente para lograr financiamiento.
En busca de accionistas locales y extranjeros
La búsqueda de accionistas ha estado intensa. En noviembre se realizó una primera ronda, pero luego se replicaron en el verano, mayo y ahora la siguiente será en agosto.
Caruz explica que el banco será global, con socios chilenos (entre un 52%-55% de la propiedad)y extranjeros (latinoamericanos y europeos). En ese contexto, el ex Banco del Desarrollo, indica que hay varios interesados que están analizando la propuesta.
Si bien estiman que el BDS tendrá una TIR (Tasa Interna de Retorno) de 20%, la idea es repartir un dividendo de entre 8% y 10% a los accionistas, para destinar un porcentaje (en torno al 5%) a inversión. El resto, agrega, podría ser destinado a capital.
Cabe mencionar que Caruz fue uno de los principales interesados en adquirir la licencia del Banco París, aunque no llegó a ningún acuerdo con Cencosud.
Lo anterior, explicó en su momento, se debió a que los sistemas de esa entidad estaban hechos para créditos de consumo, y dado que el BDS estará enfocado a empresas, no era conveniente.