Quiñenco, grupo que controla al Banco de Chile, sigue optimista respecto al ritmo de pago de la deuda subordinada que arrastra con el Banco Central (BC) desde la crisis del 82, pese a la negativa del organismo frente a la propuesta de prepagar el monto.
“Es un derecho del Banco Central. Lo importante es que la deuda subordinada se va a pagar ya sea porque se prepaga o porque se paga en su calendario normal mucho más rápido de lo que se había pensado”, dijo ayer el gerente general de la empresa ligada a la familia Luksic, Francisco Pérez Mackenna, en el marco del Foro Multilatinas 2016.
Sin embargo, el ejecutivo no dio una fecha concreta de cuándo la deuda podría ser cancelada en su totalidad.
En todo caso, la proyección del Chile apuntaba a que, al ritmo de pago que viene mostrando todos los años cada 30 de abril, la deuda se extinguiría en 2019, después de casi 37 años de haber necesitado el rescate, frente a los 40 años previstos por el BC.
El rechazo del emisor se produjo en “atención a que su aceptación bajo las condiciones propuestas en esa comunicación causaría efectos económicos perjudiciales”.
Es que según cálculos de algunos entendidos, el pasar de un interés de UF+5% a UF+3%, cuando se habla de una deuda de unos US$ 520 millones, habría implicado unos US$ 12 millones menos para el Central, por conceptos de interés.
En todo caso, el BC asegura que dicha resolución se tomó sin perjuicio de la disposición que tiene para evaluar y convenir,en su caso, que se le pague anticipadamente la obligación subordinada adeudada por SAOS (entidad administradora de los fondos adeudados). Ello, consignó el organismo, “sujeto a que el prepago se efectúe en términos que no irroguen perjuicios económicos al Instituto Emisor, para cuyo efecto deberá realizarse conforme al recto sentido de la Ley N° 19.396. y el Contrato”.