El gerente general corporativo de Melón, Jorge Eugenín, reconoce preocupación por los alcances de los impuestos verdes que gravarán la emisión de CO2.
Aunque falta conocer el detalle de cómo se aplicará el tributo, el ejecutivo dice que se puede caer en un error y que se podría incentivar el aumento de la importación de este producto en detrimento de la producción local, conducta que la industria comenzó a desarrollar en los últimos años como una forma de reducir sus costos y mantener su competitividad, afectada por altos costos de la energía y de la logística, por la ubicación de los yacimientos.
Eugenín explica que hoy la producción local de cemento tiene una ventaja de entre un 5% a 10% en costo frente al importado. Esa diferencia desaparecería, dice, si se aplicara el impuesto a las emisiones generales de CO2, algo que los obligaría a revisar sus operaciones.
“Melón va a seguir haciendo cemento y vendiendo concreto y hormigón por muchos años más. Ahora, evidentemente hay algunos procesos que podrían dejar de hacerse acá y ser importados, como es la descarbonización de la caliza de la que se produce clinker, insumo básico del cemento”, explica el ejecutivo.
Todos estos elementos sumados pueden inclinar la balanza a favor de la importación. “Nos están haciendo las cosas muy difíciles para poder mantener algo de industria en Chile”, resume.
Por ejemplo, hoy ya no es conveniente para la firma invertir en nuevos hornos para elevar la producción local. Melón importa más del 50% del clinker que utiliza. Este se procesa en sus planta de Puerto Montt, Ventanas y parcialmente en La Calera, donde también tienen producto nacional.
En esa última operación tienen funcionando uno de los dos hornos con que cuentan, ya que debieron cerrar uno porque no era eficiente y tampoco era conveniente reemplazarlo.
Industria sustentable
El ejecutivo agrega que la industria cementera local tiene la huella de carbono por tonelada producida más baja del mundo. Por esto, si se les pone el impuesto, se reemplazará cemento con bajas emisiones.
Por eso la empresa -que a través de Sofofa transmitirá sus inquietudes a las autoridades- propone que no se les grave la totalidad de las emisiones asociadas a la descarbonización de la caliza en el horno. Esto, porque hay un 30% del CO2 que emana de ahí y que viene del combustible que se utiliza, principalmente carbón.
La idea sería gravar sólo ese porcentaje, lo que crearía el incentivo para buscar formas de introducir biomasa a través de desechos, algo que ellos ya están haciendo y que se traduce en que a la fecha han utilizado el equivalente a 6,2 millones de neumáticos para vehículos, dando una solución al problema de los residuos.
Eugenín se muestra optimista ante esta posibilidad, porque finalmente es similar a lo que se aceptó en la industria de la celulosa en el protocolo de acuerdo, por la biomasa.

Firma tendría menores ventas pero mantendría utilidad durante este año
Un momento complejo está atravesando la industria del cemento, lo que influye en empresas como Melón. Según explica su gerente general corporativo, Jorge Eugenín, la demanda local por productos de esta industria ha caído 10%, como consecuencia del ciclo económico y la ralentización de proyectos mineros e inmobiliarios. Eugenín dice que una vez que se despejen las dudas tributarias, la construcción debería reactivarse. También ayudará la cartera de infraestructura anunciada por el gobierno, por US$ 28 mil millones. Como es usual, un 5% de eso, es decir unos US$ 1.400 millones, deberían destinarse a esta industria. Esto, de todos modos debería verse reflejado en 2015. Respecto a este contexto, el ejecutivo dice que "hemos sabido adecuar nuestros costos y modelo de negocios y hemos obtenido un resultado superior durante el primer trimestre de este año frente al del pasado, con un mercado más bajo". Parte de esto -dice- es producto del buen efecto de la reestructuración que hicieron. Para este año esperan tener menores ventas, pero las utilidades deberían ser comparables con las del año pasado, lo que los dejaría satisfechos. En inversiones, sólo están realizando para reposición, por unos US$ 15 millones. "No estamos invirtiendo porque efectivamente el mercado no da para hacer más", dice y explica que de los 700 camiones de hormigón que tienen, 100 están detenidos porque este mercado ha caído fuertemente. Melón ha estado activo en temas como la construcción de las nuevas líneas del Metro, donde abastecen un 40% de los contratos.