Crisis energética de Europa se agudiza por alza de precios del gas, cortes en Francia y menos flujos desde Rusia
En medio de este escenario, los barcos que transportaban GNL con destino a Asia han cambiado de rumbo y se han dirigido al Viejo Continente para sacar provecho de los mayores valores y la expansión de la demanda.
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Entrando el invierno en el hemisferio norte, Europa vuelve a verse inmersa en la lucha por hacer frente a una crisis energética que ya ha tenido impacto global.
Desde hace semanas, el mundo ha volcado -una vez más- su mirada a la evolución del precio del petróleo, el gas y los derechos de emisión de dióxido de carbono. Y es que el rápido encarecimiento de estos está poniendo en jaque la recuperación de la economía mundial, justo cuando la variante ómicron se propaga.
El efecto no se ve solo en bienes y servicios directamente relacionados con el sector energético, como es el costo de la electricidad, sino que tiene consecuencias en el repunte de la inflación, la política monetaria de los bancos centrales, las decisiones de inversión y más.
Sin embargo, en esta oportunidad, el impacto más inmediato se está registrando precisamente en los precios. En Alemania -el mercado energético más grande del viejo continente-, la electricidad para entrega el próximo año aumentó hasta 6,4%, a un máximo histórico, mientras que Francia (tradicionalmente exportador en este rubro y que ha sufrido cortes nucleares) ha adelantado que tendrá que absorber suministros de los países vecinos para poder mantener el abastecimiento y la generación en los meses más fríos del año.
La crisis actual es, de hecho, tan severa que hasta la fecha los precios del gas han subido más de 800%, mientras que la energía lo hizo alrededor de un 500%. Considerando que la temporada helada recién comienza y que Rusia también está frenando el suministro de gas, la situación parece estar lejos de aliviarse.
A todo se suma el que las fábricas en la región están bajando la producción o han cerrado por completo, como es el caso las firmas galas Aluminio Dunkerque Industries France y Nyrstar de Trafigura; y de la compañía rumana de fertilizantes Azomures.
En medio de este escenario, los barcos que transportaban gas natural licuado con destino a Asia han cambiado de rumbo y se han dirigido a Europa, para sacar provecho de los altos precios y la demanda en alza.
"Crisis nacional"
En paralelo al alza de los precios ha subido también la presión en el Reino Unido, país al que desde el mundo político y empresarial se le ha pedido mayores esfuerzos por proteger a los clientes y proveedores de la volatilidad en los mercados.
"Esta es una crisis nacional. Los precios al por mayor del gas y la energía han aumentado a niveles sin precedentes durante las últimas tres semanas, creando un entorno operativo extremadamente difícil para todas las empresas de la industria", dijo al FT Nigel Pocklington, CEO de Good Energy.
Analistas han advertido que la situación podría hacer que las boletas de los hogares en la nación británica suban más de hasta 2.000 libras anuales desde abril, fecha prevista para el cambio del precio máximo de la energía del país.
En la Unión Europea, varios miembros están pidiendo que se discuta la problemática en la cumbre de líderes del próximo mes. Y es que el bloque necesita intensificar sus esfuerzos de ahorro de energía.