“Lamentable”, pero “predecible”. Así calificó el experto en relaciones internacionales, Robert Funk, el nuevo escenario de guerra comercial gatillado por el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que, a seis semanas de asumir el cargo, cumplió con sus amenazas: aplicó aranceles del 25% a las importaciones de Canadá y México, y elevó al 20% los gravámenes a China.
Las respuestas del gigante asiático y de Justin Trudeau, primer ministro canadiense, llegaron de inmediato y, como represalia, anunciaron tasas a productos de la primera economía mundial.
Si bien el escenario rima con lo que fue su primer Gobierno, el profesor asociado de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile y socio de Andes Risk Group, comentó que en esta oportunidad el republicano actúa no sólo desafiando el ordenamiento mundial, sino que también con lo que ha sido la imagen histórica de la primera potencia global. Además, dice a DF, “con su visión del mundo, arriesga a aislar a EEUU”.
“Estamos moviéndonos hacia un mundo que va a ser unilateral, donde los países más fuertes van a creer que tienen el poder y la capacidad de hacer lo que quieren. Los chicos simplemente tendrán que aceptarlo”.
- ¿Cómo analiza la política comercial de Trump?
- En el corto plazo, quizás su idea pueda funcionar y logre impulsar la economía de EEUU, abrir algunas fábricas y hacer subir el empleo, pero creo que Trump se equivoca, porque el proteccionismo funciona con una lógica muy del inicio del siglo XX. Trump se basa en nociones anticuadas de cómo estimular la economía local cuando la realidad es que el mundo hoy es muy diferente, integrado. Si sigue este camino, la economía se va a empezar a ajustar y quien quedará offside es EEUU.
- ¿Qué impactos podríamos ver?
- Con Canadá, por ejemplo, más allá del daño en la relación, el impacto en su economía será grande.
Lo complejo ahora, a diferencia de la primera vez, es que se está generando una reacción en cadena que no sabemos cómo termina. Puede ser con una crisis económica, con una recesión mundial o con un conflicto armado. En estas seis primeras semanas, Trump ya ha ido mucho más allá que en su primer gobierno, con efectos que son mucho más impredecibles de lo que fueron en su anterior mandato.
- ¿Cambió el mundo en seis semanas?
- Estamos viendo un momento histórico en la historia del mundo. Lo más probable es que EEUU se retire de la OTAN, aunque para todos los efectos ya está afuera. Las últimas seis semanas han sido un periodo que va a marcar un antes y un después en el sistema internacional. En las bolsas, posiblemente, también estamos viendo el comienzo de un ajuste importante y doloroso en la economía.
- ¿Hasta dónde puede llegar Trump?
- Hay varios niveles. Está el de política comercial y efectos económicos; el de los cambios políticos que está intentando implementar y que están viniendo de forma muy rápida, en cuanto a echar gente del aparato público, cambios en el sistema de seguridad social, el censo (...); y el nivel de política internacional, que es muy interesante.
- ¿En qué sentido?
- Desde el punto de vista histórico norteamericano, lo que está haciendo Trump es realmente desafiar lo que ha sido el discurso y la imagen de EEUU durante 200 años. EEUU durante 200 años se ha autodefinido como una democracia liberal, de defensa de las minorías, de checks and balances, un sistema de equilibrio de poder (...). Y hoy dice ‘nuestro interés nacional está en aliarnos con los grandes poderes y el resto no cuenta, por lo tanto tienen que hacer lo que nosotros queremos, si no, hay castigo’.
Más allá de la política misma, es ese giro en la autoimagen, ese giro en los principios básicos de la política exterior que son realmente un cambio histórico.
- ¿Esa es la principal diferencia entre Trump 1 y Trump 2?
- La principal diferencia es que esta vez tiene muchos menos contrapesos. Controla su partido, su partido al Congreso, tiene más jueces en la Corte Suprema. Sus preferencias están siendo mucho más explícitas, como con Rusia, y a eso se suma un aspecto de venganza contra las entidades que lo castigaron cuando dejó la presidencia.
- ¿Amenazas y teledirigidos serán la tónica de su Gobierno?
- Sí. Hoy estamos moviéndonos hacia un mundo unilateral, donde los países más fuertes van a creer que tienen el poder y la capacidad de hacer lo que quieren. Los chicos simplemente tendrán que aceptarlo.
- ¿En qué pie queda Chile? Además, con sus dos principales socios comerciales en guerra arancelaria…
- Para Chile es un desafío muy grande responder a un mundo más proteccionista. Algunos dicen que podemos jugar para ambos equipos, yo creo que no es factible y que EEUU no lo va a aceptar y, a la larga, China tampoco. Creo que es muy factible que EEUU imponga aranceles a exportaciones chilenas y, en ese contexto mundial, vamos a tener que repensar la política exterior que ha tenido CHile por 40 años.